sábado, 4 de abril de 2009

FE RESUELTA N: 55


FE RESUELTA
Nº 55 Abril 2009 fe.resuelta@gmail.com Patria- Estado – Destino
Director: Hugo Carreño Aránguiz http://feresueltachile.blogspot.com/ Fundada en Octubre del 2004

LA TAREA DEL NACIONALISMO Y LA SECRETARIA NACIONAL DE LOS GREMIOS
Rubén Díaz Neira contribuyó a la creación de la Secretaría Nacional de los Gremios a través de una oficina de los gremios que funcionaba en la Dirección de Organizaciones Civiles, que dirigía entonces Ambrosio Rodríguez.
En febrero de .1977 fue nombrado en el Ministerio Secretaría General de Gobierno Misael Galleguillos como Secretario Nacional de los Gremios.
Fue Pedro Zurita, que trabajaba en esa oficina, junto a Fernando Muñoz, quien promovió el nombramiento.
En la primera reunión que tuvo con el Presidente Pinochet le propuso la creación de la Escuela Sindical de Chile, que sería la base para incorporar a los sectores sociales a la tarea de forjar una nueva institucionalidad, que de paso permitiría al gobierno un significativo apoyo sindical.
El Presidente aceptó y otorgó los recursos y el apoyo para el proyecto.
La concreción estuvo a cargo de Pedro Zurita que trabajó día y noche para inaugurar la escuela el 27 de Abril de 1977 con la presencia del Jefe del Estado.
Zurita fue el primer Director, luego lo fueron Germán Cuevas Carlos Hernández y Eduardo Sánchez.
La Secretaría inició una tarea de organización a lo largo de Chile contratando para ese efecto a personas nacionalistas con el objeto de dar unicidad, continuidad y profundidad al proyecto.
Al poco tiempo se tenía presencia en el mundo sindical.
La labor de asesoramiento de Federico Mujica le dio consistencia y vocación de servicio a quienes debían realizar las tareas de formación y capacitación.
Contó con el apoyo del Frente Laboral de Unidad Nacional, surgido después del encuentro del Movimiento de Unidad Nacional convocado por el Ministro Secretario General de Gobierno General Hernán Béjarez y otras autoridades del ministerio en La Leonera, Este Movimiento se fraccionó en trabajadores, jóvenes, pobladores y profesionales.
Este Frente Laboral se adscribió a planteamientos sindicales predicados por la Secretaría y cambió su denominación por Frente Laboral de Chile, con representación sindical nacionalista en empresas del estado y en actividades de producción y servicios del ámbito público y privado.
Sus líderes principales fueron René Sotollicio, Juan Vergara, Sergio Carrillo, Jaime Saura, José Bodegón, Valericio Orrego, Jorge Salinas, Lamberto Pérez , Pedro Guzmán y Luís Sánchez, entre otros varios, personeros calificados de la soberanía social que tuvieron oportunidades de participar en reuniones con ministros, con el Presidente de la República y representar a los trabajadores chilenos en la OIT.
La Secretaría creó la Juventud Trabajadora como proyecto dedicado a dar apoyo a los dirigentes sindicales.
Con motivo de la presencia en Chile de dirigentes de la fundación Hans Seidel se creó el Instituto Sindical de Chile, ISICH, que fue apoyado por la Secretaría y para lo cual se asignaron personas. Luis Leiva organizó actividades de capacitación en su sede de Avenida Bulnes. El proyecto no se
concretó porque Mario Ríos, Subsecretario de Gobierno, lo proyectó primero a sectores vecinales y luego a analistas políticos y sociales.
La Secretaría sirvió de nexo entre los trabajadores y el gobierno y para ello se crearon instancias provinciales y regionales en todo el país. En Santiago se crearon reuniones de trabajo en forma permanente con el Jefe del Estado en que participaron dirigentes sindicales y de asociaciones por actividades productivas y de servicios. También por criterios territoriales.
Conjuntamente se organizaron encuentros sindicales de alto nivel en las jornadas nacionales de estudio y reflexión de carácter participativo que tuvieron como expositores a los ministros de estado. Los seminarios Objetivo Nacional de Chile: Política Laboral fueron las jornadas más representativas de la acción sindical. Concurrieron dirigentes de todos los sectores, quines durante tres días, con alojamiento y estadía, consolidaron la presencia del mundo sindical como nunca antes había ocurrido.
Para dar continuidad a esta acción se creó el Consejo Nacional del Trabajo formado por dirigentes sindicales, empresarios y gobierno presidido por el Ministro del Trabajo.
La Secretaría de los Gremios y la Dirección del Trabajo convocaron a los trabajadores chilenos a elegir sus dirigentes para dar consistencia a la actividad gremial, cuestión que se realizó en 1978 con pleno éxito. Con ello se hacía posible la negociación colectiva, que estaba suspendida desde los tiempos del Presidente Allende.
Esta acción fue criticada por el Movimiento Gremial de Jaime Guzmán que ya había desertado de sus principios fundamentales para incorporarse al neoliberalismo.
La exigencia de solucionar los problemas llevó a todos los sectores a participar en las funciones de la Secretaría. Por ejemplo la ANEF nacional era crítica a la Secretaría, pero los dirigentes regionales como los de Valparaíso y Concepción canalizaban sus inquietudes en este servicio del estado.
Además, personeros de la Secretaría fueron incorporados a las giras presidenciales.
Su acción más relevante fue la crisis creada por amenazas de boicot de la AFL CIO, norteamericana, donde se jugó por superar los obstáculos que generaban el boicot. Ocasión en la que fue apoyada por el Frente Laboral y los grupos sindicales opositores al gobierno, que valoraban la actitud asumida. Incluso se tuvo que contar con el Agregado Laboral de la Embajada de Estados Unidos. Al final el Ministro Secretario General de Gobierno, General René Vidal, se jugó ante el Presidente por la propuesta de Misael Galleguillos.
El Presidente tuvo que adoptar decisiones más complejas porque el Ministro del Trabajo, causante del problema, solicitó al Jefe del Estado la salida del director de la Secretaría de los Gremios.
Mario Ríos, Subsecretario de Gobierno informó a Galleguillos de la decisión presidencial y de la renuncia de Vasco Costa.
Esta Secretaría elaboró documentos de gran valor informativo y doctrinario a través de folletos y de la Revista Gremios. Además, tuvo un programa radial.
Esta fue parte del accionar de la Secretaría Nacional de los Gremios, donde actuaron destacados personeros nacionalistas como Pedro Zurita, Ariel Peralta, Germán Cuevas, Mario Urzúa, Ramón Callís, María Teresa Mardonez, Luis Leiva, Jaime Tramón, Rogelio Molina, Patricia Arancibia, Soledad Acuña, Jaime Sepúlveda, Ricardo Contreras, Arturo Marshall, Fernando Muñoz, Federico Morales, Román Ortiz, Oscar Burgos, Pedro San Martín, Nancy Sepúlveda y Eduardo Sánchez. Además se contaba con un cuerpo de profesores donde destacan Rafael Conejeros, Renato Carmona y Alejandro Navarrete.
Pronto se inició una rivalidad con los personeros más calificados, por la influencia lograda y los desplazamientos ocurridos. Basta pensar en el Consejo Asesor Presidencial que ya estaba en la mira del neoliberalismo con la calificación de oficiales corporativistas que eran señalados como estatistas por sus planteamientos de sentido social y patriótico.

ACLARACION
Guillermo Henríquez Alfaro expresó en entrevista reciente a Alerta Austral que Tucapel Jiménez, Manuel Bustos y Rodolfo Seguel fueron alumnos de la Escuela Sindical, lo cual no es efectivo.
Sería confundir roles y acciones del movimiento sindical.
Sí se puede afirmar que dirigentes sindicales de base de los organismos suprasindicales que conformaron los líderes antes mencionados, Grupo de los Diez, Coordinadora Nacional Sindical y Comando Nacional del Trabajo, participaron en actividades de capacitación, formación y gestión sindical de la Secretaría de los Gremios y de la Escuela Sindical.
Esto es natural, pues más allá de la política sindical está la solución de los problemas laborales.

CONFUSIONES INNECESARIAS DE UN LIDER
La actitud del Director de Informaciones de Gobierno, Gastón, Acuña fue errada en cuanto a considerar su influencia en el Presidente de la República, General Augusto Pinochet.
En efecto, sus seguidores le informaron que fue llamado por la Junta de Gobierno en 1973 para ejercer el importante cargo en los inicios del gobierno militar.
Sin embargo los hechos son diferentes.
El 11 de septiembre de ese año se asumieron funciones provisorias en el campo de las comunicaciones en el edificio de las Fuerzas Armadas, donde se radicaron las trasmisiones a la ciudadanía.
En esa tarea estaba el oficial Oscar Vargas Guzmán y el periodista Federico Willougby.
Entonces el abogado Rubén Díaz, apoderado de un cadete en la Escuela Militar, conoció de la intención de dar mayor consistencia a las comunicaciones y propuso a Gastón Acuña que había desempeñado esas funciones en el segundo período presidencial del General Carlos Ibáñez. Acuña se encontraba en Ecuador.
Vargas se encargo de su regreso.
Acuña había viajado en 1972 al país del norte para dedicarse a su vocación de siempre, la entomología. En medios nacionalistas se afirmaba que se dedicaba a “cazar mariposas”.
Gastón Acuña fue informado por Neira de que la Junta lo había llamado, lo cual incidió en la actitud del dirigente nacionalista que lo llevó a sobrevalorar su participación en el aparato de comunicaciones, por lo que se expuso más de lo prudente en el juego político al interior del gobierno.
Los sectores tradicionalistas encabezados por Hugo Rosende se unieron a los nacionalistas para influir en el quehacer político.
Los neoliberales crearon un organismo paralelo de comunicaciones, DINACOS, que gradualmente dejó sin funciones a la Dirección de Informaciones
De allí pasó a la dirección del diario La Nación, después de creer que sería Ministro Secretario General de Gobierno o Director de Televisión Nacional.
Acuña participó en el Conejo Asesor Presidencial.
Gastón Acuña se dedicó posteriormente a organizar, junto a Pablo Rodríguez, el Movimiento de Acción Nacional que se autodisolvió, alcanzando a crear el periódico Estanquero 11, para proseguir por la senda de Jorge Prat, pero perdieron el control del grupo político.
Luego se incorporó a Avanzada Nacional, organización a la que renunció por estar supeditada a la CNI.
Se retiró a la vida privada dedicado a la entomología y publicó un libro que fue bien acogido,
Se retiró a la vida religiosa católica que fue su creencia profunda, señalando a sus amigos más cercanos que la política poco le había aportado
Falleció en Noviembre del 2008.
Para los nacionalistas la muerte es el último acto de servicio por la patria.
Gastón Acuña Maclean fue uno de los fundadores del Movimiento Nacional Sindicalista del cual se alejó para apoyar la candidatura presidencial del General Carlos Ibáñez del Campo en 1952, fecha en que el Movimiento cambió de denominación para señalar que no estaba institucionalmente con Ibáñez.
En 1983 retomó a su denominación fundacional.
Acuña siempre fue considerado un maestro.
Sus amigos más leales fueron nacional sindicalistas: Germán Moreno, Pedro Zurita y Sergio Aguirre.
Los camaradas nacionalistas proclaman junto a ti

¡VIVA CHILE, MIERDA!

INTELIGENCIA NACIONALISTA

El nacionalismo ha tenido intelectuales que le han dado soporte histórico y cultural.
Entre ellos destacan Guillermo Subercasseaux, Francisco Antonio Encina y Nicolás Palacios; Oscar Alvarez, Carlos Keller y Juan Gómez; Osvaldo Lira, Jaime Eyzaguirre y
Mario Góngora; Jorge Prat, Guillermo Izquierdo y Ramón Callís; Juan Antonio Widow, Renato Carmona y Eugenio Cáceres; Gabriel Pumarino, Misael Galleguillos y Erwin Robertson,; Pablo Rodríguez, Gastón Acuña y Jorge Vargas; Julio Fernández, Jaime Lorza y Ariel Peralta; Eduardo Sánchez, Rafael Videla y Cristián Salazar.
Son personas que han forjado la inteligencia nacionalista.
Aún podemos señalar a Ricardo Herrera, Alfredo Maculet y Alejandro Navarrete; Mario Arnello, Miguel Serrano y Mario Urzúa; Hugo Torres, René Inostroza y Pedro Zurita; José Agustín Vásquez, Jaime Tramón y Guillermo Henriquez; Jorge Arturo Prat, Fernando Saieh y Oscar Burgos, Hugo Carreño, Rogelio Molina y Hermes Valverde; Jaime Etchepare, Patricia Arancibia y Nelson Cataldo.
Estos nacionalistas con espíritu realizador han contribuido a dar contenido político y doctrinal a sucesivas generaciones de chilenos para lograr la realización histórica de la patria.
Derechas e izquierdas han globalizado conceptos para atacar a este sector. De hecho ambas han coincidido en calificarlo de fascistas, de acuerdo a estrategias psicosociales y políticas asumidas después de la Segunda Guerra Mundial.
En los últimos tiempos la derecha oligárquica los ha calificado de corporativista como sinónimo de estatista, a pesar que saben que en el análisis político esto no es verdad.