jueves, 3 de diciembre de 2009

FE RESUELTA N°63

Nº 63 Diciembre 2009 fe.resuelta@gmail.com Patria- Estado – Destino
Director: Hugo Carreño Aránguiz http://feresueltachile.blogspot.com/ Fundada en Octubre del 2004


HOMBRES POLITICOS PARA REFUNDAR LA PATRIA
El Movimiento Nacional Sindicalista fue fundado en 1949.
Su antecedente fundacional fue la Revista Bandera Negra que existía desde 1947, impulsada como ariete demoledor, para abrir espacios al nacional sindicalismo.
En la revista participaron nacionalistas que provenían de organizaciones políticas, o de corrientes de opinión, que forjaron el contenido doctrinario del patriotismo social, político y libertario que dieron forma al tradicionalismo y al nacionalismo.
Doctrina, procede del vocablo griego didaskalía que se traduce como enseñanza o como verbo enseñar, adoctrinar y didaskolos, que es lo apto para enseñar como maestro. De allí deviene propiamente la doctrina, que es lo que se puede y se debe enseñar.
Fue al Círculo de Estudios donde concurrieron, en los años treinta, los sacerdotes Fernando Vives Solar, Guillermo Viviani, Alberto Hurtado, Osvaldo Lira y los intelectuales Eduardo Frei, Bernardo Leigthon, Jaime Eyzaguirre, Gabriela Mistral, Clotario Blest, Jorge Prat, Julio Phillipi, Roque Esteban Scarpa y Armando Roa,
El catolicismo social entusiasmó a muchos jóvenes que derivaron al nacionalismo chileno o al social cristianismo o al corporativismo popular.
Jorge Prat creó la Revista Estanquero en 1946, que derivó a la Acción Chilena Anticomunista, ACHA y luego al Movimiento de Acción Nacional.
Prat tenía vocación política, lo que le llevó a crear el Banco del Estado en 1953 y a asumir, en 1964, el Ministerio de Hacienda. En 1962 organizó una precandidatura presidencial que generó una convergencia nacionalista, que concitó la unidad de esta corriente política.
Osvaldo Lira concurrió, en 1949, a la fundación del Movimiento Nacional Sindicalista junto a Ramón Callís Arrigorriaga.
Los antecedentes históricos unen a Lira y Callís, en relación al general Ariosto Herrera.
Renato Cristi, ha afirmado que la participación del padre Osvaldo Lira en la intentona golpista de Ariosto Herrera, el 25 de Agosto de 1939, fue un secreto a voces en Santiago y que ello habría derivado a su traslado a España, para que su orden religiosa no fuera involucrada en los hechos que se investigaban por instrucciones del Presidente Pedro Aguirre Cerda.
Ramón Callís, apoyó la acción del general Herrera de no desfilar ante la bandera roja de los comunistas chilenos, en 1938, y se presentó al general, para dar apoyo nacionalista a sus gestiones políticas. De ellas surgió el Movimiento Nacionalista de Chile que encabezaba Herrera junto al profesor `Guillermo Izquierdo Araya. Debido a la situación judicial que lo afectaba, entregó la dirección a Izquierdo. Esta situación no fue compartida por un grupo de jóvenes que encabezaba Ramón Callís y se alejaron del Movimiento. Izquierdo Araya dijo a Misael Galleguillos, en los años ochenta, que recordaba esos hechos, los cuales derivaron a la marginación de Callís del MNCH, de lo cual guardaba un documento.
En 1947 se creó Bandera Negra como expresión política del nacional sindicalismo chileno. A la revista concurrieron, entre otros, Delfín Alcaide, Federico Mujica y Adrián Buzzetti. Los tres eran fervientes católicos y provenían del Movimiento Nacional Socialista de Jorge González y Carlos Keller. Ellos no aceptaron la derivación del Nacional Socialismo a la Vanguardia Popular Socialista. No se podía dejar de lado la muerte de los Mártires del Seguro Obrero. Tampoco lo aceptó Carlos Keller
Delfín Alcaide, en 1932, apoyó a un movimiento de militares jóvenes, sin proyecciones a la oligarquía, que dirigía el Coronel de Aviación Marmaduque Grove, quien instauró, el 4 de Junio de 1932, la República Socialista, que será dirigida por Carlos Dávila durante cien días, sin considerar los 12 días de la instauración del régimen. También gobernaron en ese período el general Bartolomé Blanche y Abrahan Oyanedel.
. El 13 de Junio del año 32 Alcaide viajó a Tarapacá, formando una comitiva, para crear el Partido Republicano Socialista, movimiento de apoyo a la Revolución Socialista que encabezaba Grove, quien, por otra parte, fuera compañero de Carlos Ibáñez en la Escuela Militar
En un multitudinario acto público en Iquique hizo uso de la palabra, pronunciando un fogoso discurso que causó la admiración de los asistentes. Entonces fue invitado por dirigentes socialistas, para dar una conferencia a sus seguidores nortinos. En esa etapa de tiempo el socialismo tenía una cierta connotación patriótica antiliberal.
Después del 16 de Junio de 1932, fecha del término de la República Socialista, dirigió sus pasos al Movimiento Nacional Socialista donde realizó una acción política universitaria de gran valor. Sus estudios de derecho, en la Universidad Católica, despertaron una sensibilidad social con el mundo universitario y laboral.
Bernardo Leigthon, abogado social cristiano, ex ministro de estado, declaró en una entrevista que Delfín Alcaide era la persona que él más admiraba.
Mario Urzúa afirmó que Delfín Alcaide ayudó a muchos estudiantes a hacer sus tesis de grado, pero no se preocupó de la suya.
Aquejado de una grave enfermedad, remató sus bienes para terminar sus días junto a los pobres. Entonces construyó una capilla para llevar mensajes espirituales a sus compatriotas más vulnerables. Falleció y fue sepultado en la bóveda de la familia de Callís, a quien admiraba por su fuerza para difundir la doctrina nacional sindicalista.
Federico Mujica fue un hombre de trabajo que desde joven militó en el sindicalismo. Llegó a ser presidente de la Confederación de Empleados Particulares de Chile. Actuó en defensa de los trabajadores y usó sus influencias para fortalecer el movimiento sindical. Siempre consideró inadecuada la subordinación del sindicalismo chileno a los intereses de los partidos. Los asuntos del trabajo lo llevaron primero al Movimiento Nacional Socialista, fuerza nacionalista, que logró una importante penetración en el mundo laboral.
Tuvo influencia en el movimiento sindical. Aportó su experiencia al Ministerio del Trabajo, Nicanor Díaz Estrada, 1974 – 1976, y a la Secretaría Nacional de los Gremios, Misael Galleguillos, 1977- 1982. Su participación en las tareas de la Escuela Sindical de Chile lo transformó en un hombre respetable. Los Seminarios Objetivo Nacional de Chile, Política Laboral, que se realizaron en La Perla, tuvieron el sello del social sindicalismo predicado por Clotario Blest, que Federico Mujica hizo propio como una proyección del nacional sindicalismo a la patria toda.
Junto a Eduardo Ríos y a Tucapel Jiménez, intentó rearticular el movimiento sindical a través de la Central Nacional de Trabajadores, que apoyaba el Ministro del Trabajo Nicanor Díaz Estrada, quien proponía relaciones del trabajo con sindicatos fuertes. Como es sabido el Ministro Díaz Estrada creó el Estatuto Social de la Empresa, DL 1006, que establecía la obligación de los empleadores de informar la situación económica de la empresa, para definir pliegos negociables con los sindicatos. No se aplicó por postergaciones indebidas de los neoliberales, al interior del gobierno, que lo consideraban corporativista, para imponer su propio esquema de sindicatos librecambista, sin peso negociador. La presencia de Nicanor Díaz y de Julio Tapia, en la rectoría de la Universidad de Chile, fueron puntales de influencia para el General de Aviación Gustavo Leaigth en el mundo del trabajo y en el ámbito universitario.
Sergio Fernández, Ministro del Trabajo, 1976- 1978, modificó el esquema definido por Díaz Estrada, para dar paso al neoliberalismo económico.
En 1977 se crea la Secretaría Nacional de los Gremios. En 1978 se llamó a elecciones de directivas sindicales en todo el país, de modo que la representación fuera legítima. La Secretaría de los Gremios y la Dirección del Trabajo estuvieron a cargo de las elecciones.
Adrián Buzzetti, Ingeniero, destacó por su capacidad realizadora. Cumplió sus labores profesionales en Ferrocarriles del Estado, donde estuvo a cargo de la electrificación del tren de Santiago a Chillán. Creó la bandera del Movimiento Nacional Sindicalista, Participó en el MNS, fundado por Ramón Callís, hasta que sus fuerzas lo permitieron. Después se dedicó a la convivencia católica de su parroquia en Peñalolen. Fue un hombre con capacidad creativa que proclamaba la formación ética, política, profesional y técnica como fundamental para proyectarse a la familia, la escuela y al trabajo, a fin de convencer a nuestro pueblo de los afanes de libertad, participación y justicia del nacional sindicalismo chileno.

DECLARACION DEL MNS ANTE ELECCIONES PRESIDENCIALES.
REPRESENTACION SIN PARTICIPACION

No a la Desnacionalización de la Patria
El orden político que impera en Chile necesita la representación de los ciudadanos para darse legitimidad.
Desde los años 90 esta búsqueda de aparente legitimidad ha determinado juegos de mayorías que no han logrado vincular a las nuevas generaciones que demandan mayores grados de participación en la toma de decisiones del sistema de autoridad.
Las propuestas presidenciales se definen en términos de continuidad, Concertación, y de alternancia en el poder, la Alianza. Es el juego de Eduardo Frei y de Sebastián Piñera
También busca apoyo ciudadano Jorge Arrate de la izquierda socialista, Juntos Podemos, encabezada por el Partido Comunista, partido que ha postulado en las elecciones presidenciales, para mantener su identificación con los antivalores del socialismo marxista. Aún muestran su adhesión al régimen comunista cubano y su visión clasista de la sociedad, mientras Beria y Gramsci pasan al olvido.
Por su parte Marco Enríquez Ominami, se plantea como alternativa a la Concertación, para alinearse con los gobiernos de Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador y Lula Da Silva de Brasil. Sin embargo su autodefinición como liberal progresista lo limita, por no diferenciarse de la forma de estado neoliberal. A veces sugiere seguir la posición socialdemócrata del Presidente de Estados Unidos Barak Obama.
Todos siguen la forma política de buscar representación sin participación.
El orden político que profesa el nacionalismo patriótico y social se fundamenta en la familia, la escuela y el trabajo para legitimar la soberanía nacional y así mejorar la representación y la participación.
El Movimiento Nacional Sindicalista rechaza el rupturismo histórico y la globalización porque ambas propuestas se traducen en procesos de desnacionalización de la patria.
El nacionalismo pretende lograr mayores grados de libertad, dignidad, justicia, participación y desarrollo, para hacer realidad las aspiraciones más profundas de los chilenos.
Por eso proclama libertad de votación a todos sus militantes, seguidores y amigos, en la seguridad que nuestra futura participación deberá representar todo lo que hay de más esencial en la voluntad de vida y de realización de la nación entera. El espíritu de la patria nos exige que esta representación social y política de la chilenidad, si contiene la voluntad y la mística necesaria, pueda constituir una realidad tangible y palpable, para conquistar el gobierno del estado y sustituir, con la voluntad del pueblo, las instituciones, a fin de legitimar la representación de la soberanía y la participación social plena, para hacer posible la realización histórica de la patria.
No es aún nuestro momento.
LA PATRIA AL PODER
Hugo Carreño Aránguiz
Movimiento Nacional
Sindicalista
Santiago, Noviembre 2009


NACIONAL SINDICALISMO

El nacional sindicalismo como doctrina política comprende la teoría de la hispanidad, la teoría del mestizaje, la teoría de los cuerpos sociales, la teoría de la patria como eterna metafísica que se traduce en la patria de los valores eternos, la teoría de la nación como unidad de destino y cultura, la teoría del estado como sistema de autoridad para la toma de decisiones al servicio del bien común El estado debe contribuir a lograr los fines de la nación, cautelar los principios y valores de la chilenidad y defender, en toda situación y circunstancia, los intereses superiores de la patria.
El estado debe considerar, en su razón de ser, un orden político y un orden económico.
Nuestro orden político comprende, como bases de legitimidad de la soberanía en la convivencia nacional, a la familia, a la escuela y al trabajo que deben proyectarse al estado, a través de cuerpos sociales, para dar cumplimiento a la participación social plena.
El orden económico debe integrar a todos en el proceso productivo, dar universalidad al destino de los bienes y servicios y permitir la participación de todos en los beneficios del desarrollo, lo que se hace posible sólo con la presencia de la ética, la dignidad, la justicia y las libertades.
El nacional sindicalismo se sustenta en los principios y valores de la cultura occidental iberoamericana.
Se proyecta a la convivencia rechazando el sometimiento de la vida nacional a los intereses políticos y económicos de ideologías y formas contructivistas de especulación financiera. Estos intereses se ocultan en formas políticas y económicas propias del neoliberalismo de la globalización y del dominio del estado.
La refundación nacionalista de la convivencia y del estado es una refundación valórica que supera a la democracia liberal y al socialismo estatista.
Estos planteamientos han derivado en el tiempo al neoliberalismo que autoproclama el individualismo liberal, el totalitarismo selectivo de los socialismos y el mal llamado liberalismo progresista que entrelaza posiciones antagónicas para sustentar pragmatismos antivalóricos.
La refundación nacionalista de la patria comprende la reforma de la empresa y la redefinición del sindicalismo, trabajadores, y del gremialismo, organizaciones de empresarios, para superar la intromisión de los intereses financieros en la propiedad y gestión de las empresas. Los colegios profesionales, que también son gremios, tienen vida propia que se deben encargar de la ética y del perfeccionamiento continuo de los colegiados.
El sindicalismo debe superar al sindicato de clases de socialistas y anarquistas para crear sindicatos de autogestión y de acceso a la propiedad de las empresas.
Los trabajadores deben superar, además, el sindicalismo librecambista por su incapacidad negociadora, escasa representación y misérrima participación social.
El sindicato como cuerpo social, social sindicalismo, debe ser libre, autónomo, tecnificado, participativo y ajeno a los intereses de los partidos y de los intereses económicos del sistema financiero.
La propiedad de las empresas sólo tiene limitaciones en cuanto al rol social que debe cumplir la función económica, para contribuir a la generación de los recursos que puedan financiar nuestro Proyecto Histórico Nacional como patria, como estado y como destino.