lunes, 2 de julio de 2012

FE RESUELTA Nº94 JULIO 2012

DOCUMENTAL El domingo 10 de junio se realizó en el Teatro Caupolican de Santiago la exhibición del documental Pinochet. A pesar de las presiones de la Concertación, la izquierda totalitaria comunista y los extremismos marxistas y anarquistas el acto no se suspendió. Se recurrió a los tribunales, a la prensa y al gobierno, pero todo estaba acorde a los preceptos jurídicos y constitucionales y debió ser resguardado por las fuerzas policiales. Durante la realización del acto se produjeron violentos incidentes con daños a las personas y a los bienes públicos y privados. Es lo de siempre: Las organizaciones del Partido Comunista y sus estructuras de apoyo se alejan del punto de encuentro y entregan los espacios a sus grupos violentistas que en el último tiempo han sido superados por las fuerzas anarquistas, todos caracterizados por “capuchas” que se han ganado un espacio en los medios de comunicación, quienes siempre hablan de desnaturalización de los actos públicos, organizados por gente pacífica, pero ensuciados por violentistas encapuchados. Como si unos y otros fueran distintos. Todos obedecen a una misma estrategia de poder. Al acto concurrieron 1500 personas. Se inscribieron 2000 personas y 300 concurrieron directamente al Teatro. Nacionalistas, familiares de militares, marinos y aviadores, ex miembros de las FF.AA. y políticos del régimen autoritario formaron el cuerpo de los asistentes. Hubo otros que no pudieron llegar al recinto por el bloqueo de calles de quienes se opusieron al ”homenaje que violentó la conciencia de las familias de las victimas” afectadas por el cambio de gobierno en septiembre de 1973. Al interior del teatro los presentes dieron apoyo a los hechos que llevaron al cambio de gobierno y manifestaron su adhesión al gobierno militar. Se entonó el himno nacional con las estrofas que se cantaron durante 17 años de gobierno. Se expusieron banderas nacionales y banderas nacionalistas como es el caso de la bandera negra con el haz de luz y las tres aspas rojas. Es la bandera del Movimiento Nacional Sindicalista. Algunos de los asistentes fueron cobardemente golpeados. Adultos mayores y mujeres sufrieron este matonaje. No ocurrió lo mismo con los asistentes jóvenes que en gran cantidad concurrieron al acto. Estos compatriotas deben ofrendar este sacrificio a Dios y a la Patria. Su vida espiritual será enriquecida. Los opinólogos de la televisión se preguntaban que pasará después del acto. Nada respondían algunos y otros afirmaban que eran las primeras acciones de los nacionalistas chilenos que vienen avanzando con esperanza para gobernar la nación. En realidad el llamado “pinochetismo” es un movimiento social que se expresa y comunica a través de las redes sociales. Entre 1938 y 1973 se denominó al nacionalismo como “ibañismo”, en razón de la fuerza social y política que representaba el general Carlos Ibáñez del Campo que fue apoyado por la fuerza política del nacionalismo. Ahora se quiere denominar “pinochetismo” a las fuerzas políticas del nacionalismo, con una intencionalidad negativa que presupone al régimen militar como desacreditado en la convivencia social, por las acusaciones de atropello de los derechos humanos, por las fuerzas políticas de izquierda que quebrantaron el orden institucional de la Constitución de 1925. El nacionalismo se mantiene refugiado en las universidades y tiene presencia en el mundo del trabajo, social y poblacional. Tiene revistas digitales y un sistema de comunicación a través de Internet. No deben olvidar los acusadores que el cambio de gobierno de septiembre de 1973 fue impulsado por un amplio movimiento social conformado por gremios, sindicatos y organizaciones sociales e institucionales que lograron restablecer el orden, la paz social y las libertades en armonía con el sistema de autoridad y la participación, para hacer posible la dignidad, la justicia, el desarrollo y el progreso, con la construcción de una nueva forma política y una nueva forma económica que hasta hoy el pueblo demanda de la autoridad política, para lograr la justa representación de la soberanía en la forma del estado que nos rija. LA FUNCION PERMANENTE DE LAS FUERZAS ARMADAS Las FF.AA. se proyectan a la defensa permanente de la patria, con acciones institucionales, para dar eficacia al sistema de armas, operaciones estratégicas y capacidad profesional, con el fin de movilizarse con rapidez ante cualquier amenaza a la soberanía nacional y la integridad territorial de la nación. En tiempos de paz deben resguardar las fronteras y ejercer sus funciones en el área de las operaciones psicológicas, para mantener los equilibrios que demanda la convivencia internacional de modo que la autoridad, el orden y la jerarquía tengan plena vigencia. En todo momento debe formar nuevas generaciones de combatientes para dar contenido humano al poder nacional. El financiamiento de la actividad militar debe ser una preocupación continua del poder político, pues los hechos del ámbito militar no dan tiempo para recuperar espacios si no se tienen respuestas oportunas para el cumplimiento de sus funciones institucionales. Las nuevas formas de financiamiento deben asegurar los recursos para la delicada misión de las instituciones castrenses. La forma política debe impedir las acciones de fuerzas disidentes que pongan en riesgo los equilibrios del mundo militar, en función del cumplimiento de las funciones institucionales que les son propias. El financiamiento con la Ley Reservada del Cobre ha permitido un buen financiamiento del poder militar chileno. Destinar el 10% de las utilidades del cobre a este fin ha garantizado un buen equilibrio. No es sólido el planteamiento que esta destinación afecta a la empresa Codelco. Dar otros fines a esos recursos implica una responsabilidad que queda en manos del Congreso formado por parlamentarios de partidos que carecen de apoyo ciudadano. Son los mismos que hoy, encabezados por el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar, quieren aumentar el número de parlamentarios de modo que todos los partidos ganen. ¿Acaso no se puede modificar el sistema binominal con el actual cantidad de diputados y senadores?. El sistema proporcional es una negociación, para fortalecer el poder de los partidos en la forma democrática de partidos políticos que fue restaurada por el neoliberalismo. ¿ Cómo financia el país a los nuevos congresistas?. ¿ Chile necesita realmente más parlamentarios?. Que juzguen los chilenos. La patria necesita mayores remuneraciones para sus trabajadores. El nuevo financiamiento de las fuerzas armadas debe ser aprobado conjuntamente con la derogación de la Ley Reservada del Cobre. Chile está primero. EL PODER POLITICO Y EL ESTADO El poder político se proyecta al estado como institucionalización de la forma de convivencia del pueblo. El estado está constituido por un sistema de autoridad institucionalizada que tiene el poder de decisión para la búsqueda del bien común. Por ello el estado es el realizador de la justicia. De allí deviene nuestra tesis de la Patria Libre, el Estado Justo y el Destino de Grandeza de la Nación. El estado debe permitir la representación legítima de la soberanía, contribuir al cumplimiento de los fines de la nación y estar en todo momento y circunstancia al servicio de los intereses superiores de la patria. En nuestras proposiciones políticas hemos afirmado que el estado es el custodio del derecho, promotor del desarrollo, guía político de la nación y realizador de nuestro destino histórico. El estado debe garantizar la libertad, la dignidad y la justicia como elementos básicos para asegurar la igualdad de oportunidades y los derechos de las personas y de las instituciones, para acceder a los servicios del estado en educación, salud, previsión, vivienda, obras civiles, agua, energía y alimentos para preservar la vida y sus valores, con conocimientos válidos, creación artística y tecnológica, a fin de lograr un medio ambiente sin contaminación ni patologías. La comunidad nacional confía en que el estado al contribuir al cumplimiento de los fines de la nación deberá proteger y garantizar la independencia y soberanía de la patria que tiene expresión concreta en la mantención de la integridad territorial y en la autonomía plena para tomar decisiones en el ámbito de la convivencia internacional. La forma del estado es republicana. Como forma de gobierno hemos planteado el ejercicio de la autoridad con equilibrio del derecho y de la participación social plena que se traduce en abrir espacios en la institucionalidad del estado a los cuerpos sociales de la nación, para plantear y proponer soluciones a los problemas que se generan en la convivencia. Nuestra proposición es la creación de Consejos Nacionales en el ámbito de los ministerios del Poder Ejecutivo, la apertura de instancias participativas en el Congreso Nacional y la restauración del Consejo Económico Social. También debe existir participación en universidades, en las escuelas, en las empresas y en los municipios. En la promoción del desarrollo planteamos el planeamiento de la economía, para establecer políticas que permitan el crecimiento de todos los sectores productivos y de servicio, con el fin de impulsar el pleno empleo con salarios justos en un sistema productivo y financiero puestos al servicio de la nación donde la libertad, la regulación y el acceso a la propiedad de las empresas definan una forma económica donde la solidaridad le de contenido a una economía social de mercado que supere el estatismo y el mercado especulativo que da prioridad al enriquecimiento de los sectores financieros por sobre los sectores productivos y laborales. Un estado así entendido supera las limitaciones y carencias del estado neoliberal y del estado socialista que estatiza la producción, socialismo, y controla desde el gobierno el consumo, comunismo, como ocurrió en el gobierno de la Unidad Popular. NACION EDUCADORA En una reciente entrevista el Presidente Sebastián Piñera expresó que el movimiento estudiantil tenía ideas equivocadas que sustentaban el estado docente. Él pensaba en la sociedad docente. Esta sociedad docente es una variación de la libertad de enseñanza que siempre han proclamado liberales y conservadores. Esta sociedad docente es una nueva expresión que está influida por la nación docente de Jorge Prat que después fue enriquecida por la nación educadora de Eugenio Cáceres, arquitecto y profesor universitario que contribuyó a crear la Universidad de Valparaíso y la Universidad del Bío Bío. Hoy los socialistas, comunistas y radicales insisten en la aplicación del estado docente y los nacionalistas reiteran la tesis de la nación educadora, por ser la educación una función social de la nación. Para los liberales la llamada sociedad docente es una tesis neoliberal que pretende administrar los recursos que el estado destina a la función docente, con organismos privados como ocurre con la salud y la previsión con ISAPRES y AFP. Ya Joaquín Lavín señaló, cuando fue Ministro de Educación, la creación de Agencias Educativas, para administrar las escuelas y liceos municipalizados. Nuestros educadores han sido rectores universitarios, directores de liceos y colegios y profesores. Entre ellos destacan, entre otros, Eugenio Cáceres Contreras, Misael Galleguillos, Eduardo Sánchez, Guido Crino, Ariel Peralta, José Antonio Videla, Julio López, Carlos Hernández, Jaime Tramón, Alma Meléndez, Carlos Acevedo, Pilar Gajardo, Octavio Tapia, Jaime Arancibia, Rodrigo Gómez y José Correa. Cáceres y Galleguillos han escrito diversos libros sobre educación, universidad, valores y cultura. La educación debe entregar conocimientos válidos, formación valórica, desarrollar habilidades y aptitudes y descubrir vocaciones y talentos que posibiliten la integración de las nuevas generaciones al mundo cultural y productivo. La educación nace en la familia y prosigue en la nación. Debe ser permanente y entrelazarse con la capacidad tecnológica para contribuir al crecimiento de las personas y de la patria en su conjunto. La educación es la forja de valores en las personas, para transformarlas en hombres y mujeres de valer capaces de generar formas de vida donde el ser y el valor existen al interior de cada persona, en su espíritu, en su esencia y en su verdad.