miércoles, 3 de octubre de 2012

FE RESUELTA 97 OCTUBRE 2012

FE RESUELTA 97 OCTUBRE 2012 MOVIMIENTO NACIONAL SINDICALISTA CHILE HOMBRES DEL NACIONALISMO GENERAL ALFREDO CANALES MÁRQUEZ Alfredo Canales Márquez fue un General de Ejército. Nacionalista opositor al gobierno del Presidente Salvador Allende y su proyecto totalitario socialista. Canales fue Director de la Academia de Guerra y Director de Instrucción del Ejército. Ya en retiro formó la Junta Unificadora Nacionalista con el objetivo de lograr la unidad de los grupos y movimientos nacionalistas que apoyaban el cambio de gobierno. Los núcleos más importantes que concurrieron a su llamado fueron grupos pratistas, ibañistas, el Movimiento Nacional Sindicalista, sectores movilizados del Frente Nacionalista Patria y Libertad que se articularon después del autoexilio de los dirigentes nacionales a Ecuador debido al llamado Tanquetazo del Blindado comandado por el Coronel Roberto Souper Onfray. La Junta Unificadora Nacionalista abrió un espacio político a militares en retiro y a nacionalistas que eran críticos de la democracia liberal, anticomunistas y tradicionalistas que reconocían al estado amplias atribuciones económicas y sociales. Postulaban la participación de los trabajadores en las empresas y la participación de los cuerpos sociales en la institucionalidad del estado. El nacionalismo chileno nunca fue neoliberal, afirma Verónica Valdivia en su libro El Golpe después del Golpe. Su labor con la civilidad consistió en mantener movilizados a estos sectores en los llamados Proteco, organismos de defensa de barrios de los sectores sociales opuestos a los grupos violentistas que apoyaban al Presidente Allende. Fue interlocutor válido entre las unidades militares y los mandos militares que pretendían cambiar el gobierno. Después del cambio de gobierno inició una carrera diplomática. Siendo Embajador de Chile en el Líbano, sufrió un atentado en Beirut el 21 de julio de 1974. Luego representó a Chile en la ONU. Su actitud es comparable con la del General Ariosto Herrera Ramírez y la del General Roberto Viaux Marambio. RELATOS PARA UNA HISTORIA La formación de cuadros políticos tiene una historicidad que es necesario analizar. En el caso del Movimiento Nacional Sindicalista tienen presencia viejos camaradas que dieron consistencia al movimiento. Se trata de quienes militaron en el Movimiento y en la Comunidad Universitaria Nacional Sindicalista, CUNS, grupo estudiantil universitario del MRNS, entre los que destacan Alex Avsolomovich Callejas, Patricio Chelew, Germán Lühr Antoncich, Ernesto Noguera Gorget, Francisco Samper Polo, Ramiro Rodríguez, Oscar Godoy Arcaya, Juan Sanhueza, Renato Carmona Flores, Marcos Bartucevich Torres, Alberto Arce Eberhard, Guido Crino Tassara, José Antonio Videla Peñailillo, Renzo Pecchenino (Lukas), Juan Antonio Widow Antoncich, Jorge Santibañez Ceardi, Oscar Quiroz Mejías, Enrique Münschmayer Barber, Douglas Schwanston, Julio Fernández Términi, Horst Pollak, Misael Galleguillos Vásquez, Gabriel Pumarino Carte, Eugenio Cáceres Contreras, Agustín Ríos Quiñones, Juan Olhaberry Marchesse, Alvaro Ulloa Rübke, Salvador Villanueva, Edmundo Gana Leagh, Alfonso Ezquerra Varas, René Inostroza Tapia, Alfredo Maculet Hart, Ricardo Herrera Haags, Juan Chamblás Morales, Jorge Luer Alegría y tantos otros que dejaron una huella que hasta hoy perdura. Muchos son profesionales y profesores universitarios, autores de libros y emprendedores. Todos con ideas corporativas, integristas hispánicas y opuestas al comunismo totalitario. Con visiones culturales occidentales e iberoamericanas. En Santiago tienen vigencia las ideas de Osvaldo Lira Pérez, Ramón Callís Arrigorriaga, Valentín Robles Letelier, Delfín Alcaide Wetson, Federico Mujica Canales, Gastón Acuña MacLean, Daniel Frías, Pedro Zurita Zurita, Germán Cuevas Torrealba, Adrián Buzzetti, Raúl Ramirez, Mario Urzúa Urrutia, Iván Katalinich, Héctor Pacheco, Manuel Barrera, José Antonio Rodríguez, Rolando Pohl, Sergio Aguirre Latchan, Germán Moreno, José Luís Recart, María Teresa Mardones, Alma Meléndez Rojas, Astrid Cereceda Rojas, Jaime Etchepare Jensen, Werner von Bischoffshausen Werkmeister, Jorge Vargas Días, Claudio Matte Azagra, Jorge Prat Alemparte, Luís Lazzaro Maluenda, Hugo Torres Fernández, Mario Tapia Salazar, René Silva, Hugo Delgado, Oleg Kunacov, Genaro Pozo Vergara y otros- Profesores universitarios, escritores, ingenieros, médicos, abogados, profesores, dirigentes sindicales, emprendedores y trabajadores. Nacionalsindicalistas disciplinados, doctrinarios, optimistas y realizadores. De todos ellos, han publicado libros Osvaldo Lira, Alex Avsolomovich, Patricio Chellew, Germán Lührs, Francisco Samper, Renato Carmona, Renzo Pecchenino, Juan Antonio Widow, Oscar Quiroz, Eugenio Cáceres, Misael Galleguillos, Ramón Callís, Gastón Acuña, Mario Urzúa, Manuel Barrera, Jaime Etchepare, Werner von Bischoffshausen y Alberto Arce.En Valparaíso se crearon las revistas Tizona, Aspas y Forja. En Santiago Bandera Negra, Guerra Obrera y El Pueblo. Todos supieron organizarse reconociendo autoridades y jerarquías, para darse un orden que permitiera su gobernabilidad. De allí nació el Tribunal del Estilo, la Comunidad de Jerarquías, que elegía al Jefe Nacional, y los mandos políticos, territoriales y funcionales. De su mística nacieron símbolos, himnos y canciones. Surgieron los valores capaces de crear una forma de vida y una sana convivencia institucional. Todo derivó a un espíritu de servicio y sacrificio por la nación y su pueblo. Se formó el sentido de pertenencia y la voluntad de realización de los principios y valores forjados en el duro quehacer de enfrentar realidades, donde se percibe el dominio de fuerzas sobre las personas y las organizaciones sociales que contribuyen a realizar los fines de la nación. Se habla de participación social y de comunidad nacional. Se hace presente el afán de conquistar el estado. Se hacen propios los ideales de libertad, dignidad y justicia. Se buscan formas económicas y políticas para gobernar la nación. En Valparaíso se recuerda el acto político realizado en abril de 1957 frente a la Universidad Católica motivado en las protestas sociales contra el gobierno del Presidente Carlos Ibáñez del Campo. En el atardecer de ese día Alex Avsolomovich llamaba a dar soluciones a los problemas que afectaban a Chile. Bajo la luz de un farol que sostenía un camarada y rodeado de un pelotón militar se llevó adelante esta acción que obedecía a una política del mando nacional que también actuó en Santiago proclamando que los muertos en las protestas eran nuestros y que debían ser respetados. La participación del Movimiento en elecciones gremiales universitarias y sindicales concitó la atención de todos los nacionalsindicalistas. Se lograron triunfos incuestionables en centros de alumnos de las universidades porteñas y en sindicatos de Concepción y Santiago. Se realizaron acciones patrióticas en defensa de la territorialidad y de la soberanía nacional mancilladas por el expansionismo argentino acentuadas por la visitas de autoridades del gobierno trasandino a Santiago. En el ámbito del arte se recuerda las veladas de música realizadas por el abuelo materno de Germán Lührs Antoncich en su casa del Cerro Alegre de Valparaíso. Don Antonio Antoncich era coleccionista de instrumentos musicales de calidad y sus conciertos tuvieron fama internacional. Lo propio ocurría en Santiago con la presencia y la acción del padre de Ramón Callís que se dedicaba a la preservación de pinturas y esculturas religiosas en iglesias y conventos. También estaba la presencia del padre Osvaldo Lira que desde joven se dedicó al estudio de los valores del arte que difundió en universidades, colegios y en el Movimiento. En la convivencia doctrinal se hablaba de Primo de Rivera, Ramiro Ledesma, Oswald Spengler, Martín Heidegger, del poeta Gabriel D’Anunzzio, de José Ortega y Gasset, de Miguel de Unamuno, de Ramiro de Maeztu, de José Vasconcelos, de Santo Tomás de Aquino, de San Agustín, de Osvaldo Lira, Jaime Eyzaguirre, Nicolás Palacios, la Revista Estudios, del padre Guillermo Viviani, del padre Fernando Vives maestro de Clotario Blest y Oscar Álvarez, de la masacre del Seguro Obrero, del portalianismo de Alberto Edwards, de Mario Góngora, de las ligas patrióticas, del nacionalismo europeo e iberoamericano, del sindicalismo, la guerra civil española, las guerras victoriosas de nuestro ejército, de Arturo Prat, del espíritu guerrero del pueblo mapuche, del entreguismo territorial de la clase política, de los poetas chilenos, del milenarismo de Manuel Lacunza, del nacionalismo chileno y de la historia patria. Mario Urzúa estudió y difundió el milenarismo chileno. Prestaba a sus seguidores la obra de Lacunza La Venida del Mesías en Gloria y Majestad (1816) cuatro tomos. Urzúa escribió una obra sobre el Profeta Nostradamus que tiene dos ediciones. En los años sesenta se produjeron enfrentamientos entre nacionalsindicalistas y socialistas. Esto se originó debido a que ambos grupos políticos tenían su sede central en la calle San Martín de Santiago. Cuando los jóvenes socialistas regresaban de sus actos, al pasar por el local del Movimiento, pretendían ingresar a la sede. Nunca lo lograron. Ramón Callís hablaba de los años fundacionales recordando a Olegario Segundo Vásquez Castro, a los hermanos Schuster, al camarada Villacura, al camarada Cartagena. Se refería a sus relaciones con el general Ariosto Herrera Ramírez, a los locales del Movimiento en Monjitas, San Martín y Ahumada. De la vida en su residencial de calle Holanda 144, refugio de nacionalistas del continente, de su paso por las empresas Philips y Saba. De sus relaciones con el MNR y la FSB de Bolivia, del Movimiento Tacuara de Argentina, de la ARNE de Ecuador, del Movimiento Sinarquista Mexicano, del Movimiento Integrista Brasilero, del MSI de Italia y de Falange Española. Gustaba relatar sobre la estrategia del “golpe en frío” que consistía en convocar a los militantes y sus mandos a reunirse en lugares escogidos en horas de la noche, sobretodo en días de tormentas. Hablaba de caminatas y subidas de cerros y montañas. Recordaba con afecto la vida en campamentos porque los asistentes se desligaban de sus familias y se enfrentaban a la naturaleza como parte del territorio patrio, y a la convivencia y cultura nacional sindicalista. Se realizaban en la cordillera, las playas, en Peñuela y en Limache. DE GUARDIA EN LOS LUCEROS Nuestra existencia como seres vivos nos permite participar de la esencia del Ser. Esta etapa de la vida nos permite proyectarnos a la historia en la búsqueda de la verdad, el bien y la belleza. La verdad y el bien nos vinculan con la eternidad. Por eso hablamos de valores eternos, de espacios infinitos y de lo absoluto de la verdad. El tiempo de nuestra existencia termina con la muerte. Durante ese período debemos forjar nuestro ser como personas y llenar la vida de valores, para proyectarnos a las nuevas generaciones de nuestras familias, camaradas y compatriotas, con la cultura que hemos recibido del pasado, pero que nosotros hemos enriquecido. Estas reflexiones surgen al constatar el hecho de la muerte en las personas de nuestros camaradas fallecidos. Es el caso de Jorge Luer Alegría que nació el año 1936 y falleció en julio del 2010 en Viña del Mar. En su juventud fue un atleta. Se destacó en la natación. Siempre fue fiel a sus ancestros . Fundador del Colegio Árabe y socio del Club Árabe de Viña del Mar. En la década del cincuenta se incorporó al nacionalismo. Fue militante y dirigente del Movimiento Nacional Sindicalista. En su negocio La Noria del Campo, del Barrio Almendral de Valparaíso, recibía a la hora del cierre a los militantes más cercanos. Un breve saludo y luego dirigirse a una cafetería para iniciar una conversación política o doctrinaria. Lo mismo recibía a trabajadores, estudiantes o profesionales. Él había estudiado agricultura. Fue comerciante e industrial. Se casó con la escritora Sara Vial de los Heros, a quien amaba. Tuvo dos hijas: Tatiana y Pamela. Participó en las tertulias de escritores que se reunían en su casa de calle Arlegui de Viña del Mar. Allí estaba María Luisa Bombal y los escritores porteños. Organizó jornadas literarias junto a Sara Vial. Hizo propio el proyecto de la Revista Forja, donde participó con entusiasmo junto a Julio Fernández, Renzo Pecchenino, Misael Galleguillos, René Inostroza, Eugenio Cáceres y Renato Carmona. Se inició en el Movimiento cuando Jorge Santibáñez era Jefe Provincial en los años cincuenta. Siempre fiel, estuvo en todas las etapas que ha vivido el nacionalsindicalismo porteño Hoy, ya está de guardia en los luceros junto a José Bodelón García, René Inostroza Tapia, Julio Fernández Términi, Renzo Pecchenino Raggi, José Antonio Videla Peñailillo, Gabriel Calvo, Juan Chamblás Morales, Jaime Widow Antoncich, Gabriel Pumarino Carte y el padre Osvaldo Lira Pérez. Todos de Valparaíso. De Santiago Delfín Alcaide Wetson, Ramón Callís Arrigorriaga, Pedro Zurita Zurita, Gastón Acuña Maclean, Germán Cuevas Torrealba, Mario Urzúa Urrutia, Federico Mujica Canales, Olegario Segundo Vásquez, Iván Katalinich, Sergio Aguirre Latchan, Claudio Matte Azagra, Hugo Delgado, Julio López y Valentín Robles Letelier. Son una comunidad de guardias que acompañan la marcha del Movimiento hacia la conquista de la gloria y la victoria, en el cumplimiento de nuestra misión histórica: diseñar y construir la patria de los valores eternos. UN NUEVO MARTIR En las acciones políticas realizadas con motivo de los 39 años del cambio de gobierno en 1973 se produjeron actos de violencia con daños a los bienes públicos y privados. Lo grave fue el uso de armas de fuego por parte de los activistas que causaron la muerte del cabo segundo de Carabineros de Chile Cristián Andrés Martínez Badilla. El hecho ocurrió en la Población Parinacota de Quilicura. Este mártir aumenta a 1039 el número de carabineros muertos en actos de servicio.La familia verde está orgullosa de sus mártires.El gobierno debe hacerse cargo de las tensiones generadas en la convivencia por sus enemigos y recuperar los equilibrios que requiere mantener el orden público y la paz social. Debe crear cumplir las funciones del estado en cuanto a contribuir al cumplimiento de los fines de la nación, permitir la legítima representación de la soberanía y ponerse en todo momento al servicio de los superiores intereses de la patria.