jueves, 1 de diciembre de 2011

FE RESUELTA 87 DICIEMBRE 2011

FE RESUELTA 87 DICIEMBRE 2011

JOYCE GILLIBRAND OLEA
El 5 de noviembre pasado falleció Joyce Gillibrand Olea como consecuencia de una metástasis cerebral, del cáncer que la afectaba, que terminó con su vida, a pesar de los esfuerzos médicos y la voluntad de sobre vivencia que la caracterizó. Nació en Santiago el 27 de Octubre de 1959.
La preservación de la vida y los esfuerzos de realización personal y social para llegar a ser mejores personas fueron motivaciones para moldear su forma de ser.
Profesora de educación musical y magíster en ciencias de la educación la llevaron a enseñar en el Liceo Polivalente los Héroes de la Concepción de Cerro Navia, con el fin de promover a la juventud de la comuna en busca de mejores destinos. También enseñó en el Colegio Santa Ursula de Maipú.
Realizó labores académicas en ITESA, en el Instituto Profesional Los Leones, en la Universidad Arturo Prat y en la Universidad del Mar.
Sus estudios los realizó en Las Monjas Ursulinas, la Universidad de Chile, en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, UMCE, y en la Universidad Mayor.
Su tesis de título de Profesora de Educación Musical se denominó Origen, Clasificación y Desarrollo Histórico de los Instrumentos Musicales, 1987.
Su tesis de Magíster en Ciencias de la Educación fue Análisis de las Cualidades del Profesor que Desempeña Función Docente en un Sector Popular: Cerro Navia 2003. En este trabajo de investigación elaboró un perfil del profesor.
Su desempeño laboral se inició en las monjas ursulinas, para luego ingresar a la Secretaría Nacional de los Gremios a fines de1980, adonde concurrió para realizar una práctica como secretaria, pero luego se incorporó a su cuerpo institucional. Allí estuvo a cargo de relacionar a trabajadores y dirigentes con la Secretaría. También sirvió de nexo de trabajadores, profesionales y empresarios con autoridades de gobierno, para lo cual entregó invitaciones o concertó entrevistas, todo a través de la acción institucional de la Secretaría de los Gremios.
La función social que se realizaba la impulsó a trabajar con entusiasmo porque llenaba su espíritu solidario al servicio de la nación y de su pueblo. Fue católica y nacionalista.
En la Escuela Sindical trabajó con Ramón Callís Arrigorriaga.
Joyce Gillibrand, al igual que Carlos Hernández Tapia y Jaime Tramón Castillo, entre otros, retomó sus estudios después de retirarse de la Secretaría alcanzando títulos profesionales y grados académicos.
Formó parte del equipo nacionalista que creó la Corporación de Estudios Superiores que realizó una importante labor cultural al organizar conferencias y debates en la Biblioteca Nacional. También participó en el proyecto para crear la Universidad Andalien de Concepción, que fue tardíamente aprobada a fines del año noventa.
En el último tiempo concurrió a conferencias del Instituto de Estudios Históricos Arturo Prat realizadas en el Café Literario. También concurrió a los actos fundacionales del Movimiento de Convergencia Nacional a los que asistió el Movimiento Nacional Sindicalista como agrupación nacionalista.
Contribuyó a la elaboración gráfica a dos columnas de Fe Resuelta y al diseño y edición de la obra Sin Soberanía no hay Nación de Misael Galleguillos y Hugo Carreño.
Contó con el reconocimiento de los trabajadores y de sus estudiantes por el respeto y acogida que siempre privilegió en el cumplimiento de sus labores institucionales.
Le sobrevive su hija Micol, estudiante de Ingeniería Civil Industrial, que sigue la tradición del fundador de la familia Gillibrand en Chile, el Ingeniero Ernesto Gillibrand Lucas que llegó desde Londres contratado para participar en la construcción del Viaducto del Malleco. El primer Gillibrand se estableció en Gorbea y luego se trasladó a Lautaro.
Joyce Gillibrand publicó en Fe Resuelta artículos sobre Educación, Evaluación Docente y Metodología de Investigación.

MOVIMIENTOS GENERADORES DE NACIONALISMO

La revisión de estudios sobre el nacionalismo chileno tiene dos hitos fundamentales: el Movimiento Nacional Socialista de Jorge González von Mares y Carlos Keller, y el Movimiento Nacional Sindicalista de Osvaldo Lira y Ramón Callís Arrigorriaga.
En efecto la militancia nacionalista con espíritu de cuerpo se da en ambos movimientos.
La mayoría de las agrupaciones nacionalistas del siglo XX tienen su origen en el nacionalsocialismo chileno. El Movimiento Nacional Sindicalista tiene origen propio que se remonta a la creación de la Unión Social Republicana de los Asalariados de Chile creada en Valparaíso a fines de 1925, donde participó Oscar Álvarez Andrews y Delfín Alcalde Wetson, que posteriormente formaron parte del Movimiento Nacional Sindicalista. También participó el padre Guillermo Viviani.. Surgió agrupando organizaciones de obreros, empleados y maestros. La USRACH apoyaba la legislación social y su aplicación, la hostilidad al gobierno parlamentario de los partidos políticos, la tendencia favorable a la organización corporativa de la sociedad, la autoridad del estado, la administración técnica y el nacionalismo económico. Más antecedentes se encuentran en la obra del profesor de historia Marco Antonio Rodríguez Inspección General del Trabajo, 2010.
La literatura indica que los movimientos de carácter nacionalista se caracterizan por los escritos de sus militantes. En este sentido destacan Carlos Keller y Misael Galleguillos que aparecen en estudios especializados donde se señalan los libros escritos por ambos autores. Se trata del libro Extremismo de Derecha y Movimientos Neonazis de Isaac Caro, Berlín, Madrid, Santiago.
El Movimiento Nacional Socialista tuvo apoyo estudiantil universitario y pronto se proyectó a la juventud trabajadora y a las poblaciones de Santiago. Lo mismo ocurrió con el Movimiento Nacional Sindicalista que lo llevó a tener presencia universitaria y laboral que en definitiva lo impulsó a dirigir la Secretaría de los Gremios y la Escuela Sindical de Chile del Ministerio Secretaría General de Gobierno entre 1977 y 1982. También participó en actividades estudiantiles, académicas y directivas en universidades chilenas a partir de los años cincuenta.
En los estudios políticos de los años setenta y ochenta tiene un rol preponderante el Movimiento Nacional Sindicalista que figura en los libros del Taller de Historia de la Universidad de Valparaíso con las obras Vitalizando la Historia Política. Estudios sobre el Chile Reciente (1960-2010) y Para el Análisis del Chile Contemporáneo, Aporte de la Historia Política 2010, donde se publican estudios de Aníbal Pérez Contreras.
Rolando Álvarez Vallejos, profesor de historia de la Universidad de Chile, escribió ¿Represión o Integración Sindical? bajo el Gobierno Militar, donde desarrolla el pensamiento político sindical del nacionalsindicalismo y el neoliberalismo.
Con anterioridad estuvo presente en obras de Verónica Valdivia, Manuel Salazar, Víctor Osorio y otros.
El nacionalismo en Iberoamérica tiene tres fuentes originarias: el fascismo italiano, el nacionalsocialismo alemán y el falangismo español. Sin embargo en el caso chileno, más allá de las raíces originarias se ha desarrollado un pensamiento original con la temática de la cultura occidental iberoamericana que tiene características propias forjadas por autores nacionalistas chilenos. Por otra parte se debe considerar el corporativismo antiliberal desarrollado en Chile por Oscar Álvarez, Jaime Eyzaguirre, Osvaldo Lira y la teoría de los cuerpos sociales de Ramón Callís y Misael Galleguillos.
El nacionalsindicalismo fue creado en España por Ramiro Ledesma Ramos que escribió El Sello de la Muerte, 1924, El Vacío, 1924, Fascismo en España, 1935, Discurso a las Juventudes de España, 1931, El Quijote y Nuestro Tiempo,1971.
Además tiene tres obras inéditas: El Joven Suicida, La Hora Romántica, Ideas. El Escepticismo y la Vida. Fundó varios periódicos, entre los que destacan La Conquista del Estado, 1931 y Patria Sindicalista, 1935, que circula nuevamente en España.
El nacionalsindicalismo chileno difundió la teoría de los cuerpos sociales de la nación, la teoría del estado, con representación legítima de la soberanía y participación social plena, para contribuir al logro de los fines de la nación alcanzando el justo equilibrio entre la libertad y el sistema de autoridad, a fin de hacer posible la autoridad, el orden y la jerarquía. El nacionalsindicalismo chileno hace propio el planteamiento de la hispanidad y el mestizaje reconociendo lo originario y las migraciones como fundamentos de la cultura occidental iberoamericana que arranca de lo ancestral y la prehistoria chilena.
Gloria y victoria a la patria que supo seguir, sobre el azul del mar y la blanca cordillera, a la Estrella de Chile que en nuestra bandera flamea con los vientos de la naturaleza y del universo para alcanzar nuestro destino.

PRISIONERO POR SERVIR A CHILE

La presentación de la cuarta edición del libro Miguel Krassnoff, Prisionero por Servir a Chile, realizada el 22 de noviembre pasado en el Club Providencia, organizada por la Corporación por la Justicia, la Verdad Histórica y el Respeto por el Estado de Derecho en Chile que dirige Juan Kaiser, produjo una situación de tensión social, provocada por la actitud de personeros de la izquierda socialista y de extremistas vinculados al partido comunista y a sectores anarquistas, que se propusieron “funar” el acto. También hicieron lo propio sectores oficialistas que insisten en desmarcarse de responsabilidades en el gobierno militar, olvidando que los servicios de inteligencia tuvieron presencia en los organismos del estado y que estos servicios dependían del Ministerio del Interior.
Gisela Silva Encina, autora del libro, nieta de Francisco Antonio Encina, fundador de la Unión Nacionalista de Chile, y sobrina del Cardenal Raúl Silva Henríquez, manifestó en la presentación de la obra, en 2007, que escribió esta historia, a petición de Miguel, para dejar testimonio verídico de lo que ha sido su vida y la de sus mayores, para que el día de mañana sus descendientes conocieran la verdad.
En verdad, la calumnia y las sentencias de jueces inicuos, han llegado a ocultar el verdadero rostro de Miguel, hasta desfigurarlo completamente ante millares de sus compatriotas. Y, al mismo tiempo, la manipulación sectaria de nuestra historia reciente, ha logrado que la deuda que los chilenos tenemos para con éste oficial, que arriesgó repetidas veces su vida por nosotros, haya desaparecido de la conciencia de las mayorías. Pero había en la vida de nuestro oficial, otra verdad silenciada: la tragedia de Lienz, en la que todos los suyos fueron enviados a la muerte, y sólo por la voluntad de la Divina Providencia, Miguel, próximo a nacer, su madre y su abuela, alcanzaron el milagro de sobrevivir. Los dos temas centrales del libro que Miguel me proponía escribir, eran pues dos rectificaciones históricas. La de su vida, íntimamente relacionada con la historia nacional. La de sus mayores vinculadaza a la historia universal, a través de la Segunda Guerra Mundial.
La petición de Miguel era un deber ineludible. Lo era, no sólo por la convicción que tengo de su total inocencia, sino también por la admiración y afecto que despiertan su rectitud moral, su patriotismo sin alardes, la dignidad y la fortaleza con que él y todos los suyos han enfrentado la adversidad.
En lo que se refiere a las condenas arbitrarias de que ha sido víctima el Brigadier Krassnoff ésta es una parcela de la realidad que están viviendo hace ya muchos años nuestros hombres de armas. Son muchos los que están injustamente privados de libertad. Los que saben que para ellos no rige ninguna de las medidas que el derecho contempla para proteger al acusado.
Prisionero por Servir a Chile, quiere ser en mi intención un homenaje a la grandeza espiritual del Brigadier Krassnoff y, a través de él, a todos nuestros oficiales y suboficiales que, como él, son víctimas del odio y la venganza.
Gisela Silva, como dijimos en septiembre del 2009 en Fe Resuelta 60, ha participado en los proyectos nacionalistas junto a líderes del nacionalismo que comienzan con Jorge Prat Echaurren y el padre Osvaldo Lira Pérez.
Estuvo en los inicios del gobierno militar en la Dirección de Asuntos Públicos con Gastón Acuña, Rubén Díaz, Eduardo Boetsh, Enrique Campos, Álvaro Puga y Jaime Zeledón. De allí devino el Ministerio Secretaría General de Gobierno, con la Dirección de Organizaciones Civiles, con sus Secretarías Nacionales, y la Dirección de Informaciones de Gobierno.
Para ella, como para nosotros, las condenas basadas en presunciones y en ficciones jurídicas, como el secuestro permanente, no tienen el carácter de verdades jurídicas, ni menos la calidad de verdades históricas.
La violencia desatada contra los asistentes al acto revela, una vez más, la cobardía de quienes atacan en hordas contra personas, sin importarles la edad ni el sexo.
Ellos quieren apoderarse de las calles. Para ello utilizan a estudiantes y a sectores vulnerables, pues saben que ellos no tienen respaldo ciudadano.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

FE RESUELTA Nº86 NOVIEMBRE

LA HISTORIA POLITICA Y CULTURAL COMO FUNDAMENTO DE LA VERDAD CONCEPTUAL

Fe Resuelta, como publicación del nacional sindicalismo, ha estado abierta a los programas de investigación en las ciencias y a las diversas metodologías para conocer, en su mérito, la historia política y cultural en que se encuentra inmersa la teoría y la doctrina del movimiento nacional sindicalista.
Nos hemos referido a diversas metodologías, para lograr conocimientos válidos que den sólidos fundamento a nuestras proposiciones y conceptos, de modo que el espíritu y el sentido de la historia mantengan plena vigencia en el quehacer político de nuestro tiempo.
En Chile asistimos a la presentación de los hechos históricos que superan el carácter ideológico a que nos vimos abocados por historiadores políticos que buscaban la valoración de sus planteamientos a través de la validación de sus propuestas, con el afán de sobreponer sus conceptos a la realidad existencial de las ideas, hechos y acontecimientos que conforman nuestra forma de ser y de convivir como pueblos, naciones y estados.
Las investigaciones de nuevos historiadores, como Verónica Valdivia, Iván Jaksic, Nicolás Miranda, Rolando Álvarez Vallejos, y Eduardo Sánchez, entre otros, han tratado temas políticos valorando propuestas que dan consistencia a los hechos investigados. El nacionalismo tiene sus historiadores, entre los que destacan Francisco Antonio Encina. Mario Góngora. Jaime Eyzaguirre, Ariel Peralta, Jaime Etchepare, Oscar Espinoza Moraga, Patricia Arancibia, Jaime Tramón, Patricio González y Gonzalo Vial.
La tarea pendiente de estos escritores fue hacer una historia política del nacionalismo chileno e iberoamericano. Sabemos que Patricia Arancibia tiene proyectado realizar esta tarea, según nos relata Hugo Carreño, y que alguna vez se comprometió a hacerla el editor Renato Carmona.
La historia política y cultural de los movimientos políticos y sociales se ha expresado a través de la elaboración de imaginarios. Sin embargo la llamada historia conceptual ha permitido una nueva mirada histórica al pasado. Su principal aporte es hacer al historiador más consciente de la historicidad y contingencia de las formaciones intelectuales, así como proporcionarle algunas herramientas metodológicas para estudiar el pensamiento de otras épocas de un modo más cuidadoso y menos “presente”.
En Chile se afirmaba en medios académicos nacionalistas, de los años sesenta del siglo pasado, que la historia escrita por liberales eran todas iguales, cualquiera que fuese la nación investigada. Lo mismo ocurre con la historia escrita por marxistas.
El historiador español Javier Fernández Sebastián, en su paso por Chile invitado por la Universidad Diego Portales, subrayó la utilidad de la historia de conceptos más allá del estrecho círculo de historiadores profesionales. Esta especialidad puede ser muy provechosa para todos aquellos que, como nosotros, se interesan en las ciencias sociales, políticas y jurídicas, así como en las diversas ramas de las humanidades, incluyendo la lingûística y los estudios de traducción. Se trata de tomar distancia de algunas preconcepciones y tender puentes hacia las categorías manejadas por los agentes protagonistas a lo largo del tiempo, para intentar comprender a los actores en sus propios términos. Autores de esta escuela, como Reinhart Koselleck, arrojan una nueva mirada, a la vez más histórica y más lingüística, sobre las creaciones intelectuales del pasado.
Una de las aportaciones más destacadas de Koselleck es su diccionario de conceptos históricos fundamentales del lenguaje político y social en Alemania. Sus ensayos teóricos y metodológicos han sido reunidos en obras como Futuro Pasado, Estratos del Tiempo e Historia de los Conceptos. En tales trabajos insiste en que los conceptos modernos no pueden ser definidos, sino que más bien deben ser vistos como campos de batalla semánticos permanentemente abiertos a la ambigüedad, la polisemia y la disputa entre los protagonistas históricos. Señala asimismo que ciertos conceptos constituyen al mismo tiempo “concentrados lingüístico-temporales” que van depositando las experiencias históricas de una sociedad y las matrices que moldean su futuro.
Para esta escuela resulta decidor analizar los tiempos históricos más allá de los siglos que pasan. Es el caso de la centuria 1750-1850, en que ocurrieron los hechos más determinantes de la actual situación de la humanidad.
Desde luego es la época en que la Monarquía entra en su crisis definitiva, para dar paso a la República como nueva forma de estado que tuvo su máxima expresión en la Revolución Francesa.
En Chile por ese tiempo se fortalecieron los cuerpos sociales, se produjo la Emancipación del Reino Imperial de España y la Independencia Nacional, se creó el espíritu patriótico y se forjaron los elementos para forjar el Estado Republicano de Diego Portales, primer estado civil de Iberoamérica.
Fue la centuria de la creación del pueblo chileno y de su forma de convivencia, en que destaca la familia y el Municipio, la institucionalización de la Iglesia, del Ejército y de la Universidad. Sobre esto debemos señalar la obra del sacerdote jesuita Manuel Lacunza (1731-1801) creador del milenarismo de fuerte influencia en el mundo occidental, con su obra La Venida del Mesías en Gloria y Majestad (1816). Esta obra ha sido replanteada por el historiador Mario Góngora publicada, con el mismo título, por la Editorial Universitaria, 1969. El milenarismo fue el soporte espiritual de Jaime Eyzaguirre que creara el Movimiento Milenarista, como exponente doctrinario y valórico de la esperanza para católicos y nacionalistas chilenos, al predicar la nueva venida de Jesús y el reinado de mil años de la Verdad Revelada y de los Valores Eternos. Un seguidor destacado de Lacunza fue Mario Urzúa Urrutia que difundió sus ideas al interior del Movimiento Nacional Sindicalista.
A lo anterior se puede significar la creación del Instituto Nacional y de la Universidad de Chile. La formación del Ejército Vencedor, jamás vencido, en la Guerra de la Independencia y en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana de Santa Cruz.
El Estado Portaliano fue la institucionalización de la forma de convivencia del pueblo con un Sistema de Autoridad que permitió la representación legítima de la soberanía, priorizar sus servicios a los intereses superiores de la patria y contribuir a lograr los fines de la nación. Entonces Chile tenía una territorialidad superior en más de un millón doscientos mil kilómetros cuadrados a su actual extensión, comprendiendo territorios del norte Argentino, de la Patagonia y del Mar Atlántico.
La descripción de estos hechos redimensiona nuestros conocimientos de la historia patria. Importante contribución a ésta metodología es la realizada por Ariel Peralta en su última obra La Idea de Chile, 1993.

ACTORES PROTAGONICOS DE UNA NUEVA ETAPA
El triunfo político de la Unidad Popular del 4 de Septiembre de 1970 que llevó a la Presidencia de la República a Salvador Allende Gossen cambió el rumbo de la política chilena.
Para el Movimiento Nacional Sindicalista fue el fin de la democracia liberal y el comienzo de la creación de un nuevo estado para Chile. Así esta consignado en la obra Nacional Sindicalismo testimonio, presencia y actitud publicada en Santiago en Septiembre de 1983. Esta publicación contiene la Proclama del Nacional Sindicalismo a la Comunidad Nacional donde se reconoce el triunfo político de la Unidad Popular y la muerte de la democracia liberal. Desde ese momento la verdadera lucha se da por la creación del Estado Totalitario Marxista o la creación del Estado de Comunidad Nacional que plantea la institucionalización de la forma de convivencia forjada por el pueblo a través de los cuerpos sociales de la nación, para hacer posible la autoridad, el orden y la jerarquía con un régimen que permita la legítima representación de la soberanía y la participación social plena.
Entonces se hablaba o de Revolución Nacional o Revolución Marxista.
El nacionalsindicalismo sintetizó su propuesta en la proclama La Patria al Poder y en su tríada Patria- Estado- Destino.
El Movimiento se sumó al esfuerzo de crear un nuevo estado por lo que se incorporó al gobierno militar. Sin embargo sectores neoliberales replantearon la restauración de la democracia de partidos, lo que les permitió la apertura temprana a la oposición “democrática” de socialistas y demócratas cristianos, aislando al comunismo y a otras fuerzas militarizadas disidentes.
Estos sectores neoliberales acusaron a sectores corporativos del atraso de las modernizaciones por los precarios espacios de libertad para el emprendimiento social, político y económico. Entonces se jugaron por terminar con cualquier proyecto que incluyera el tripartismo: gobierno, empresarios y trabajadores. Se aíslo al Comité Asesor Presidencial por considerarlo el espacio de poder para los nacionalistas y sectores militares y profesionales de espíritu social. Este Comité pasó a ser la Secretaría General de la Presidencia.
La propuesta neoliberal fue entregar el poder político a la Concertación con la condición de mantener y profundizar el sistema económico neoliberal. Si había funcionado con el autoritarismo de derecha no se veía motivo para que no funcionara con coaliciones de centro izquierda. Además las izquierdas sabían que sus triunfos políticos eran amagados por la derecha económica, por lo que el compromiso propuesto por el neoliberalismo tenía ventajas comparativas. Para ello se terminaba con el Consejo Económico Social, el Consejo Nacional del Trabajo, con cualquier otro consejo asentado en los ministerios productivos. Se ponía fin al Banco del Estado, se revisaba el rol del Banco Central, se terminaban las Superintendencias, aunque los nacionalistas crearon la Super Intendencia en Salud y en Previsión y se opusieron a la privatización del Banco del Estado que creara Jorge Prat Echaurren. Además se establecía el sistema electoral binominal que aseguraba la presencia de las derechas en el Parlamento donde llegó incluso Ausgusto Pinochet en su calidad de haber ejercido la Presidencia de la República. También estaban los Senadores Institucionales que la Concertación también usufructuó para la construcción de mayorías parlamentarias.
Cuatro gobiernos duraron los acuerdos de mutuo beneficio, los abusos de poder, el entreguismo territorial, el endeudamiento excesivo, que incluyó a estudiantes, las bajas remuneraciones y las iniquidades de todo orden que reflejaron la más injusta distribución de la riqueza en todo el mundo pusieron término a los gobiernos de quienes usufructuaron del poder político y de las influencias de todo tipo, incluida la corrupción, que ello permitió a quienes entregaron el manejo económico social de todos los sectores de la producción económica y de los servicios que debe garantizar el estado al pueblo de Chile, dando paso a los negocios y a especulación financiera.
Es importante para los estudios de todo el período que se inicia con el gobierno de Allende y termina con el gobierno de Sebastián Piñera, hermano de José Piñera Echenique el hombre de la minería, el trabajo y la previsión social en el gobierno de Pinochet, señalar quienes fueron las personas que protagonizaron el quehacer político del nacional sindicalismo en Santiago.
Sobre estos hechos debemos señalar en primer lugar al padre Osvaldo Lira Pérez, fundador del Movimiento Nacional Sindicalista como formación corporativa antiliberal de carácter hispanista que contiene una fuerza patriótica espiritual de carácter emotivo, heroico y misional al servicio de la cultura occidental iberoamericana forjada por España y Arauco que encuentra en la hispanidad y el mestizaje, con lo hiperbóreo de lo originario y lo ancestral, la raza espiritual que convive con las migraciones y la fuerza telúrica de un territorio que encierra los misterios de la existencia de la vida, la naturaleza y el universo. Junto a él estuvieron Ramón Callís, Federico Mujica, Adrián Buzzetti, Germán Cuevas, Pedro Zurita, Jorge Vargas, Antal Liptay, Werner von Bischoffshaussen, Mario Urzúa, Claudio Matte, Valentín Robles, René Silva, Jorge Silva, José Antonio Rodríguez, René Inostroza, María Teresa Mardones, Genaro Pozo, Aníbal Barrera, Hugo Delgado y Héctor Larenas. Estaban también Raúl Ramirez, Rolando Phol, Iván Katalinich, Julio López y Jaime Romero Reyes. Aún estaban vigentes hombres formados en el nacionalismo patriótico: los hermanos Schuster, Delfín Alcaide, Daniel Frías…los camaradas Villacura, Cartagena, Santibáñez, Isasi, Kunakov, Lázaro, Recart, Munita, Tapia, Etchepare, Aguirre, Ortiz y tantos otros…
Ellos protagonizaron los hechos y realizaron las gestiones políticas requeridas en todo ese tiempo. Ellos levantaron las Banderas Negras e hicieron la difusión de nuestros planteamientos y propuestas. Ya para entonces habían surgido nuevas Jerarquías de las cuales provenían los nuevos mandos institucionales: Gabriel Pumarino, Werner von Bischoffshausen, Mario Urzúa, Eugenio Cáceres y Misael Galleguillos que reiniciaron la marcha de nuestro camino hacia la realización histórica de la chilenidad hecha misión y tarea. Ya de antes formaban en la Comunidad de Jerarquías el filósofo Juan Antonio Widow y el oficial de ejército en retiro Enrique Mûnschmayer Barber.
En nuestro camino a las estrellas esperaban su momento soldados, marinos y aviadores que tenían fe en nuestra proclama, aún vigente, La Patria al Poder.

lunes, 3 de octubre de 2011

FE RESUELTA Nº85 OCTUBRE

HISTORIA POLITICA: ideario político y accionar universitario
En el libro Para el Análisis del Chile Contemporáneo, Aporte de la Historia Política publicado, por el Taller de Historia de la Universidad de Valparaíso, en Marzo de 2010, se refieren, entre otras ponencias, al ideario político del Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista que, a partir del año 1983, retomó su nombre original y originario de Movimiento Nacional Sindicalista.
En el texto escrito por el estudiante de historia Aníbal Pérez Contreras, se hace referencia a Misael Galleguillos como uno de sus líderes más emblemático. Se afirma que del cuerpo académico nacionalista, 17 profesores fueron exonerados de la universidad, en enero de 1974, por proponer la creación de la Universidad de Valparaíso, UV.
Sobre este hecho debemos afirmar que la propuesta de la creación de la UV causó gran revuelo y se produjeron exoneraciones y sumarios incoados por la Rectoría de la Universidad de Chile, todo lo cual generó tensiones en la universidad porteña. Lo mismo había ocurrido con la creación de la Escuela de Leyes, la Escuela de Arquitectura y el Instituto Pedagógico que de privados pasaron a ser de la Universidad de Chile de Valparaíso, UCH-V. Un elemento principal para la creación de la UCH-V fue el Departamento de Ciencias que fue la base para la Facultad de Matemática y CC NN. Activa importancia tuvo el Dr. Parmenio Yañez, quien además creó la Escuela de Biología Marina
Los exonerados recurrieron al Tribunal de Despidos de la Intendencia, a cargo del Almirante Lautaro Sazo Lizama de la Fiscalía Naval. El Tribunal dispuso la reintegración inmediata de los académicos a sus puestos de trabajo, asunto que fue cuestionado por el abogado Miguel Otero Lathrop del Departamento Jurídico de la Rectoría, quien afirmó que la Universidad de Chile era autónoma y pasó los antecedentes a la Contraloría General de la República, para su pronunciamiento.
Pasado un tiempo considerable desde la presentación de los antecedentes el Organismo Contralor estableció que el Tribunal de Despidos tenía competencia jurídica en la universidad y que debían reintegrarse los exonerados a la comunidad universitaria.
La actitud de Miguel Otero se consideró, a nivel de la Junta Militar de Gobierno, como un cuestionamiento a tribunales militares en tiempo de guerra y debió dejar la universidad. También renunció el Rector Delegado general en retiro Cesar Ruiz Danjau.
Entre los exonerados tenían mayor jerarquía Eugenio Cáceres Contreras, Ricardo Herrera Haack, Misael Galleguillos Vásquez y Carlos Acevedo Saavedra. Cáceres era Director de Planificación, Herrera Director de Finanzas, Galleguillos Secretario de Facultad de Matemática y Ciencias Naturales, y Acevedo Secretario de Facultad de Humanidades. Los otros fueron Jefes de Carrera o Directores y Secretarios de Departamento.
Conocida la resolución de la Contraloría, Eugenio Cáceres viajó a México para asumir la dirección de CONESCAL, Construcciones Escolares para América Latina, Galleguillos siguió en la Secretaría de la Facultad, aunque había ganado un concurso para desempeñarse como académico en la Universidad Técnica del Estado, Acevedo asumió la Dirección de Asuntos Estudiantiles y Herrera volvió al ejercicio de su profesión de Ingeniero Comercial.
Entonces se produjeron propuestas y debates. En medio de esa situación surgió la idea de regionalización de las Universidades del Estado, para crear un sistema nacional universitario con las nuevas casas de estudios. También se propuso un cambio del Consejo de Rectores. Esto se resolvió en 1981 con la nueva ley sobre universidades, auque el Consejo de Rectores no se modificó.
Además debemos hacer presente que los profesores y estudiantes nacional sindicalista participaron en el proceso de reforma universitaria de la UCV y de la UCH-V de los años 1967 y 1968. Galleguillos fue miembro del Claustro Pleno Reformado de la UCV. En la UCH-V redactó los principios y valores de la Nueva Universidad.
Después del cambio de gobierno mantuvieron la forma y estructura de la reforma.
Principal actitud tuvo el profesor Galleguillos que fortaleció la Facultad de Matemática y CC NN ampliando su planta física con los terrenos del antiguo Museo de Playa Ancha y manteniendo departamentos y carreras, a pesar de las pretensiones de sectores conservadores que intentaron profesionalizar la sede con base en escuelas profesionales como unidades académicas básicas. Esto se resolvió a nivel de sede y a nivel de rectoría.
Se quiso cerrar la Carrera de Química y Farmacia y trasladar los Departamentos de Anatomía y Fisiología a la Facultad de Salud. También se apoyó al Instituto de Ciencias del Mar y su carrera de Biología Marina.
La regionalización de las universidades estatales pretendió descentralizar el gobierno universitario, con la propuesta de crear un Sistema Nacional de Universidades del Estado. Se crearon universidades e institutos en las regiones integrando estructuras de la U y de la UTE Cáceres fue rector de la Universidad del Bío Bío. Sebastián Fernández miembro de la Junta Directiva.
Más antecedentes sobre cultura y universidad se pueden encontrar en el libro de Misael Galleguillos Estilo y Doctrina1995.
Sobre el imaginario político del MRNS Aníbal Pérez expresa que proviene de cierta percepción del mundo sustentada bajo la matriz del corporativismo de corte hispanista antiliberal, por ello estudia a Osvaldo Lira Pérez, Juan Widow Antoncich, Eugenio Cáceres Contreras y a Misael Galleguillos Vásquez, teniendo a la vista la Revista Forja, la Revista Tizona y el periódico Bandera Negra fundado en 1947. También escritos de las personas señaladas y documentos institucionales.
Por otra parte se señala que Galleguillos habría sido considerado autor intelectual del crimen de Tucapel Jiménez. El profesor Galleguillos fue procesado en abril de 1999, por la Corte de Apelaciones, con la presunción de ser cómplice en el caso Tucapel. El Ministro Visitador tomó las declaraciones de la investigación y después de resolver su libertad provisional anuló de oficio, en el año 2000, el auto de procesamiento de la Corte.
Es oportuno señalar que Carlos Acevedo publicó en la Revista Forja Educación y Pedagogía en 1974. Ricardo Herrera publicó en Forja Economía Nacionalista, en marzo de 1974 y Nacionalismo y Planificación Económica en Julio de 1974.
Además debemos considerar que Ramón Callís Arrigorriaga publicó en Forja Hacia una Nueva Cultura, Octubre de 1969, El Hombre y las Dimensiones del Nuevo Estado, Abril de 1970, El MRNS a 20 Años de su Fundación Política, Agosto de 1972, ¿Qué es el Nacionalismo?, Enero 1974, Ética y Mando, Septiembre de 1974, Crónicas Autocensuradas Enero de 1976.
Señalamos estos antecedentes que enriquecen nuestra historia política, por el aporte intelectual de nuestros profesores universitarios. Los escritos de Ramón Callís, Jefe fundador, denotan un enriquecimiento doctrinal y político.

EL NACIONALISMO DE LAS PATRIAS

El Movimiento Nacional Sindicalista ha realizado investigaciones y estudios, para dar mayor consistencia al nacionalismo chileno.
Se trata de definir su doctrina y su forma de vida, estilo, a través de la concepción intelectual y valórica de la patria. Hemos afirmado reiteradamente que la patria contiene al pueblo, al territorio, a la cultura y a nuestra soberanía.
Nuestro nacionalismo considera a Chile como patria republicana, patria religiosa, patria guerrera, patria social corporativa, patria cultural, patria territorial y al propio pueblo como portador de la patria chilena.
La patria republicana viene de la creación del estado republicano de Diego Portales, que se ha hecho permanente por la decisiva actitud de sus gobernantes, con énfasis en el Presidente José Manuel Balmaceda. El nacionalismo siempre ha considerado como cuestión de principios al estado republicano, con un gobierno que haga factible la autoridad, el orden y la jerarquía. El nacionalismo es contrario al parlamentarismo liberal, a que aspiran los partidos políticos. Nuestro nacionalismo ha promovido la creación de una Nueva República desde la candidatura presidencial de Jorge Prat.
El patriotismo religioso tiene vital importancia en la creación de nuestra identidad como pueblo. Los chilenos tenemos conocimiento de las prédicas religiosas de los sacerdotes Manuel Lacunza, Camilo Henríquez, Osvaldo Lira, Fernando Vives, Guillermo Viviani, Emilio Tagle y Alberto Hurtado. Todos ellos concurren a la creación de un origen y un destino, para nuestro pueblo, con vocación de servicio para hacer posible la libertad, la dignidad y la justicia. Lo religioso se manifiesta, además, en cultos y liturgias populares que veneran a Cristo, a María su madre, y a diversos santos, con quienes construyen santuarios como formas espirituales de nuestra gente. En Santiago reviste forma principal la liturgia, con romerías y procesiones del Cristo de Mayo. Además debemos considerar a la Virgen del Carmen patrona de nuestras Fuerzas Armadas y Reina de Chile, con un pueblo que clama a ella por sus angustias e inquietudes.
La patria guerrera deviene de las guerras victoriosas de nuestro ejército que han contribuido a nuestra independencia, a la integridad territorial y a nuestra soberanía.
La patria social corporativa es una forma y estructura que permite la participación del pueblo en las decisiones del sistema de autoridad, para lograr una auténtica representación y legitimidad. Es la patria que proclama el nacionalsindicalismo a todo el pueblo, para diseñar y construir un destino de grandeza.
De esta cualidad existe testimonio histórico iniciado doctrinalmente en las ligas patrióticas que nacen el siglo XIX, los movimientos nacionalistas del siglo XX y la presencia nacionalista de diversos cuerpos políticos e instituciones sociales de carácter patriótico que hoy protagonizan la vida de la patria.
Los movimientos nacionalistas del siglo XX tienen representación en la Unión Nacionalista de Chile de Guillermo Subercasseaux y Francisco Antonio Encina,.la Unión Social Republicana de Asalariados de Chile de Carlos Dávila, Conrado Ríos, José Santos Salas y Oscar Álvarez, el Movimiento Nacional Socialista de Jorge González, el Movimiento Nacionalista de Guillermo Izquierdo y del general Ariosto Herrera, el Movimiento Nacional Sindicalista de Ramón Callís y Osvaldo Lira, el Movimiento de Acción Nacional de Jorge Prat y Sergio Jarpa y el Frente Nacionalista Patria y Libertad de Pablo Rodríguez y Roberto Thieme.
La patria cultural deviene de la creación de las universidades chilenas en el siglo XVII, incluida la Universidad de San Felipe, que fue la primera universidad estatal. La creación de Iberoamérica como patria, como estado y como destino define un amplio espacio histórico, para envolver nuestra trayectoria como patria. Esta cultura nace de la hispanidad, el mestizaje, la cultura de los pueblos originarios y las migraciones asentadas en nuestro continente como territorio no devastado por civilizaciones y culturas ancestrales.
La patria territorial está presente en nosotros como desafío para forjar a partir de ella nuevos pueblos y culturas que sean continuación de los pueblos, naciones y estados que hoy se manifiestan en nuestro entorno geográfico y cultural. Volcanes, valles, montañas, islas, ríos, lagos y mares que nacen en la cordillera y en los polos, y penetran toda la tierra del planeta, donde la distancia mas corta entre dos puntos geográficos es el camino que pasa por las estrellas.
La territorialidad de nuestro mundo nos hace mirar con afán de conquista la inmensidad del espacio universal que nos rodea.
El pueblo chileno debe encontrar sus raíces más genuinas en la prehistoria, donde surgen ya culturas que superan los veinte mil años de antigüedad, incluidas la azteca, la inca, la maya y la huentelauquén que se asentó en Atacama.
En Chile Roberto Rengifo estudió en los años treinta la prehistoria chilena, donde estableció el origen polar antártico de la humanidad. Estos estudios fueron publicados por la Sociedad Científica de Chile. En ella aparece la cultura creada por los chilis, caracterizada por los menhires y la estrella de ocho puntos, estrella de agua, que apareció al centro de la estrella blanca de cinco vértices de la bandera chilena en la proclamación de la independencia nacional. También estudió al pueblo chileno Nicolás Palacios, que le dio la característica de raza.
Para nosotros Chile tiene un pueblo dotado de espiritualidad, capaz de construir nuevos destinos que nos lleven a la grandeza y a la conquista de nuevos espacios para la preservación de la vida, de la historia y de la cultura.
El pueblo chileno considera a la historia como origen y destino de un espíritu que ha logrado una identidad conformada por un modo de ser y una forma de vida que se proyecta, como existencia, a todos los tiempos y a todos los mundos posibles.

sábado, 3 de septiembre de 2011

FE RESUELTA Nº84 SEPTIEMBRE

HITOS DE UNA HISTORIA
El accionar político del Movimiento Nacional Sindicalista tuvo plena vigencia en las universidades de Valparaíso. En efecto recientes publicaciones sobre los hechos de las personas del Movimiento señalan a Gabriel Pumarino Carte generando un movimiento por la autonomía presupuestaria y académica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile de Valparaíso en 1962. Gabriel fue presidente del Centro de Alumno de la Escuela por dos años consecutivos. Publicó en la Revista Forja Opciones Políticas y Económicas para Chile, Septiembre de 1969. Después del cambio de gobierno fue Director del CEREN, Centro de Estudios de la Realidad Nacional. Fue académico de la Escuela de Arquitectura de la Valparaíso. Formó un grupo de estudiantes para pensar a la universidad, donde figuran Basilio Basilacos, Eugenio Cáceres, Raúl Peñaloza,y Max Adelsdorfer. De ellos Eugenio Cáceres y Raúl Peñaloza fueron presidentes del Centro de Alumnos de la Escuela. Cáceres creó, en 1964 un movimiento universitario, para la obtención de rango de escuela universitaria a los estudios de Arquitectura y Raúl Peñaloza generó en 1966 un movimiento de reforma de la Escuela de Arquitectura. La participación de estos dirigentes en el movimiento de reforma de la Universidad de Chile en Valparaíso dieron seriedad y compromiso a las generaciones que tuvieron presencia activa en el proceso de cambios que pasaron de la reforma, a la reestructuración de esa casa de estudios. Entonces se asumieron actitudes francamente rebeldes, para lograr la creación de una nueva universidad con principios y valores surgidos de una cultura propia de nuestra historia y de nuestra tradición, con la vocación de innovar en todas las áreas del conocimiento y de los valores que dan soporte espiritual a la convivencia universitaria y social. En el Pedagógico porteño se luchó por la calidad académica en la formación de profesores. Primero fue el área humanista y luego el área de las matemática y ciencias naturales. En ello brillaron con luz propia Oscar Quiroz, Luís Iñigo, Leopoldo Saez y Nelson Osorio; en el ámbito científico destacaron Bernardo León de la Barra, Misael Galleguillos, Agustín Ríos y Paddy Ahumada. En economía destacada actuación tuvieron Ricardo Herrera, Alfredo Maculet y René Inostroza. En derecho Darío Urrutia. También hubo seguidores en la Escuela de Medicina, Odontología. Obstetricia y Enfermería.
En 1961 nacionalsindicalistas e independientes, Misael Galleguillos, Agustín Ríos y Paddy Ahumada, entre otros, gobernaron el Centro de Alumnos del Instituto Pedagógico de Valparaíso. Su mayor aporte fue la defensa del magisterio y la propuesta de crear el Colegio de Profesores.
Con posterioridad Agustín Ríos y Misael Galleguillos se desempeñaron como Secretario de la Facultad de Matemática y Ciencias Naturales. No se puede olvidar a la Comunidad Universitaria Nacional Sindicalista, CUNS, que tuvo vigencia en la Universidad Católica de Valparaíso, La Universidad de Chile y en la Universidad Santa María. Además su accionar tuvo presencia en la Universidad de Concepción, la Pontificia Universidad Católica de Chile y en el Pedagógico de Santiago, donde destacaron Eduardo Sánchez Ñiguez, Ariel Peralta, Sergio Aguirre Latchan y Jaime Etchepare Jensen. También debemos mencionar a Generación Universitaria de Jaime Tramón, Marcela Râtsch, Fernando D’Ameller y Rodrigo Gómez y toda una comunidad de estudiantes nacionalsindicalista que tuvo presencia en todas las universidades entre los años 1977 y 1982. Eran los tiempos de la Secretaría Nacional de los Gremios que se proyectaba a los gremios universitarios.
Fueron generaciones protagonistas de los hechos de la patria.

MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
El movimiento de estudiantes secundarios y universitario, que movilizan la conciencia ciudadana, demandan resoluciones gubernativas dirigidas a lograr el fortalecimiento de la educación pública, el fin del lucro en la educación universitaria y una educación de calidad. Lo hacen como demandantes, sin tener proposiciones concretas para resolver los problemas planteados.
Este movimiento carece de la fuerza espiritual del movimiento de reforma de los años sesenta, donde el movimiento universitario terminó con una época de ausencia de cultura en el ámbito de la filosofía y de las ciencias. Se terminó con el anquilosado sistema de cátedras y la poca participación de las nuevas generaciones académicas en la elaboración de planes y programas de las mallas curriculares. Estaban detenidos en el siglo XIX.
Hoy priman las ideologías comunista y anarquista que pretenden conducir a las fuerzas sociales, sin preocuparse de la representación social, ni menos de la participación ciudadana. El movimiento de masas del comunismo y la violencia de los revolucionarios anarquistas se expresan en las calles como caminos válidos para cambiar las instituciones políticas, sociales y culturales, para lograr una nueva constitución.
Este pronunciamiento político amaga las posibilidades de cambio, por lo menguado de la representación que poseen.
Sólo la movilización de estudiantes que asumen una actitud de rebeldía y vocación social pueden valorar las acciones del movimiento social estudiantil-
No se debe olvidar que sin cultura no hay revolución.
El Gobierno y el Parlamento carecen de representatividad social. Sólo representan los intereses de los partidos. Eso les da motivación para seguir con los balances y equilibrios de sus menguados intereses-La democracia de partidos no ha sido capaz de resolver las demandas del mundo social. La ausencia de representación y la débil participación contribuyen a la ingobernabilidad de la nación. La restauración de la democracia de partidos fue otro error de los socialistas que no entendieron que el régimen liberal sólo beneficia a los dueños del dinero. Tal vez lo hicieron para empoderarse con las funciones de gestión y administración de los recursos del estado.
Los hombres de la izquierda marxista creen que la lucha de las clases sociales será capaz de alcanzar la igualdad y la justicia, sólo que en el movimiento estudiantil no se reflejan verdaderamente quienes son los opresores y quienes los oprimidos. Dar gratuidad de enseñanza a los universitarios beneficia a sectores que cuentan con recursos para financiar los requerimientos de la convivencia social. Otorgar más recursos del estado a las universidades no tiene la prioridad que corresponde a la educación. Importa más la educación prebásica, básica y media. No debe haber privilegios.
La depresión juvenil proviene de la aplicación de los postulados neoliberales que hablan de un individualismo que rompe los nexos de vinculación con la familia y el entorno social. La dispersión social de los jóvenes deviene de la prédica socialista que enseña que todos los problemas que afectan a las personas provienen de opresores que abusan de las aspiraciones del pueblo. Unos consideran al trabajo una mercancía y los otros consideran al trabajo como una máquina productiva que debe cumplir con metas que permitan vivir con holgura a los dirigentes de los partidos oficiales y también a los poderes internacionales que los gobiernan.
Debemos reseñar lo que piden los estudiantes que buscan fortalecer la educación pública y terminar con el lucro. Sabemos que la municipalización de liceos y escuelas no ha sido comprendida por estatistas y privatizadores neoliberales.
Es necesario conocer lo que piensan los estudiantes que no creen en el sistema institucional que nos rige. Es importante lo que piensan estudiantes que no aceptan la intromisión de comunistas y anarquistas en el movimiento estudiantil. Ya existe el Fripe, Frente Inclusivo por la Educación, como movimiento alternativo al movimiento de masas y a la violencia anarquista. Se debe conocer el proyecto que difunden estos estudiantes, para saber de visiones distintas sobre un mismo hecho.
Camila Vallejos es una buena comunicadora del mundo izquierdista. Es una imagen construida con la leyenda revolucionaria del comandante Che Guevara, por eso algunos analistas la señalan como Comandante Camila. Jaime Gajardo no lo es tanto, aunque también milita en el Partido Comunista. Califica a los profesores como trabajadores de la educación. Son lo mismo que el personal paradocente y los apoyos administrativos y de servicios. Tiene intereses con corporaciones educacionales privadas que él niega, por no tener compromisos jurídicos con su “compañera”. Es lo mismo que ocurría con el ministro Pérez Yoma, que decía que él no tenía conflicto de intereses, porque sus bienes estaban a nombre de su esposa.
El Movimiento Nacional Sindicalista ha promovido desde siempre la movilización social, para dar consistencia a las fuerzas sociales que tienen la capacidad de generar un poder social que puede ser la base para un cambio profundo sustentado en la representación legítima de la soberanía y la participación social plena, lo que equivale a afirmar que los cuerpos sociales deben proyectarse a la institucionalidad del estado y a la forma de gobierno que rige la convivencia nacional.
La transparencia de las intenciones de los jóvenes que quieren contribuir a la grandeza de la patria tiene el mérito suficiente, para demandar reconocimiento y apoyo a su noble causa.
El mérito es lo que nos ha dado más bienes a los chilenos. El mérito es invariable y eterno. El mérito tiene por patrono la historia, a todo el tiempo y a todo el mundo. Reina el mérito siempre en virtud de su espíritu inmortal.

martes, 2 de agosto de 2011

fe resuelta nº 83 agosto

FE RESUELTA
Nº 83 Agosto 2011 fe.resuelta@gmail.com Patria- Estado – Destino
Director: Hugo Carreño Aránguiz http://feresueltachile.blogspot.com/ Fundada en Octubre del 2004


CULTURA DE LA SERVIDUMBRE
El nacionalismo chileno debe visualizar la cultura del pueblo, en la convivencia social, para definir una forma de ser que supere el mundo del consumismo que genera el ámbito de necesidades, aspiraciones y expectativas, en el espacio social del liberalismo político y económico.
Para el neoliberalismo las personas son factores de créditos, para financiar la vida familiar y su proyección a la convivencia social que demanda nuevos requerimientos como la educación, la salud, la vivienda, la previsión, el resguardo de la patria, la energía, la producción de alimentos, la expresión de la fe como doctrina de la existencia en el espacio de tiempo en que vivimos y la creación de un sistema de autoridad para el gobierno del estado, todo lo cual lo transforma en “buenos negocios”.
Desde la etapa fundacional de la nación y del estado hemos afirmado que en los tiempos de nuestro protagonismo histórico social hemos pasado de la libertad, dignidad y justicia de la emancipación e independencia a la servidumbre de quienes son dueños del poder político, del dinero y de las drogas. El nacionalismo debe realizar un planteamiento directo a los trabajadores, con el fin de alcanzar la cultura del emprendimiento, de la participación social y de la realización personal y social, para poner fin a la cultura de la servidumbre, cipayos, que predican y practican en Chile neoliberales y marxistas.
Chile vive hoy la consecuencia de no crear un nuevo estado que institucionalizara la convivencia social de los chilenos. En 1970 cuando la Unidad Popular ganó las elecciones presidenciales el Movimiento Nacional Sindicalista, junto con reconocer el triunfo político de Salvador Allende, proclamó que Chile debía diseñar y construir una nueva forma de estado que resolviera las limitaciones e incapacidades de la democracia de partidos, para alcanzar la legítima representación y participación del pueblo, con la misión permanente de lograr la libertad, la dignidad, la justicia y la participación social plena, con el fin de alcanzar el bien común y la realización personal, social e histórica de su pueblo. Esta definición política orientó la movilización social para impedir la instauración de un régimen totalitario que permitiera la creación de un gobierno populista de origen socialista, con la intención de socializar los medios de producción (expropiaciones), con el agregado comunista de socializar también el consumo (juntas de abastecimientos y precios, JAP). Esto dio origen a una movilización de las fuerzas sociales que desestabilizaron el ejercicio del poder político y generaron una etapa de ingobernabilidad, por los actos de las fuerzas políticas y de sus grupos de apoyo que se tradujeron en violencia política y social. Las actitudes del Parlamento, de los Tribunales de Justicia y de la Contraloría General de la República dieron paso a manifestaciones sociales que generaron un poder social, con un componente principal que logró paros permanentes, para lograr una nueva forma política, con el carácter participativo de las fuerzas sociales en las decisiones del sistema de autoridad. Esas fuerzas generaron un poder social sustentado en las estructuras gremiales y sindicales de quienes rechazaron la instauración del populismo marxista al estilo cubano en la patria chilena.
El nuevo gobierno que sucedió al Presidente Allende asumió el poder como depositarios del poder militar, que sumado al poder social y al poder religioso sellaron un camino constituyente que derivaría a la instauración de una nueva institucionalidad. Fue el gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden. Dentro del gobierno surgieron distintas tendencias que protagonizaron la política. Hubo una fuerza neoliberal, otra nacionalista, que creció con la integración al gobierno del Movimiento Nacional Sindicalista, una gremialista y varias tendencias de derecha tradicionalista e independientes.
Los neoliberales traían de España la tesis de crear una economía neoliberal con un gobierno autoritario (franquismo). Unos generaban una nueva economía con la definición de aceptar la existencia de un marco económico social de supervivencia para los trabajadores, mientras los gobernantes creaban el poder político para tener acceso al financiamiento de la institucionalidad del estado.
Este mismo planteamiento se proyectó al sistema económico neoliberal y al ejercicio del poder por fuerzas socialistas de izquierda. Vale decir se mantiene la forma económica neoliberal, con el manejo político de la llamada Concertación. Este equilibrio de las fuerzas políticas y el poder económico se tradujo en cuatro gobiernos, dos del socialismo y dos de la democracia cristiana.
Fueron gobiernos que usufructuaron de los beneficios de un sistema de autoridad que les abrió el acceso al poder político, a la riqueza personal y social, y a la entrega de los recursos del estado a organizaciones no gubernamentales.
La agitación social que hoy vive la República se genera por el fracaso de la democracia de partido a las demandas de las fuerzas sociales. El gobierno de centro derecha del Presidente Sebastián Piñera no ha valorado las acciones de la oposición contra su gobierno que aplican la misma estrategia que llevó al fracaso del gobierno de Salvador Allende. La ingobernabilidad es una estrategia que la democracia cristiana aplicó al gobierno de la Unidad Popular. Después la aplicaron al gobierno de Pinochet. Hoy la aplican al gobierno de Piñera. Esta acción ha logrado elevados niveles de agitación porque el gobierno de la coalición carece de apoyo social manifiesto. A lo que se agrega la dispersión de los partidos de apoyo de la llamada centroderecha. Los políticos liberales del gobierno olvidan que la candidatura presidencial de Sebastián Piñera se ganó con votos de gente ajena a los círculos políticos de la Alianza.
El planteamiento político nacionalista insiste en el logro de la participación social con una legítima representación ciudadana.
ESCUELA NACIONAL SINDICALISTA
El Movimiento Nacional Sindicalista ha forjado una comunidad de pensamientos y valores depositada en nacionalistas que han tenido presencia activa en los cuerpos sociales de la nación y en las instituciones del estado. Esta presencia se ha hecho manifiesta en personeros nacional sindicalistas que Fe Resuelta ha señalado en forma biográfica y relacional, a través de personas que han dado testimonio social de nuestros principios, valores, obras y realizaciones.
La existencia de camaradas de distintos ámbitos de la convivencia que han protagonizado la vida de la patria en forma permanente es una realidad inobjetable. Es el caso de Ramón Callís Arrigorriaga, Delfín Alcaide Wetson, Adrián Buzzetti, Federico Mujica Canales, Valentín Robles, Pedro Zurita, Germán Cuevas Torrealba, Mario Urzúa Urrutia, Alfonso Ezquerra Varas, Jorge Salinas Sánchez, Luís Lillo Abarca, Juan Vergara Gallegos, Rogelio Molina V, Sergio Carrillo, René Sottolicio, Iván Katalinich, Pedro Guzmán, René Inostroza Tapia, Hermes Valverde Tomé, Rubén Sanhueza Sebastián Carreño, Juan Castro Solorza, Pablo Medina, Cecilia García y otros.
En la parte intelectual y universitaria Osvaldo Lira Pérez, Juan Antonio Widow Antoncich, Francisco Samper Polo, Guido Crino Tassara, José Antonio Videla Peñailillo, Renzo Pechenino, Gabriel Pumarino Cartes, Eugenio Cáceres Contreras, Misael Galleguillos Vásquez, Sebastián Fernández Schwarsemberg, Werner von Bischoffshausen, Carlos Hernández Tapia, Gastón Fichet, Oscar Burgos, Carlos Acevedo Saavedra, Juan Chamblás Morales, Renato Carmona Flores, Jaime Tramón Castillo, Jaime Romero Reyes, José Correa Hernández, Octavio Tapia, Alma Meléndez, Cristián Navarro Monti, Marcelo Buendía, Jaime Arancibia, Felipe Araya, Eduardo Sánchez Ñ, Ariel Peralta, Ricardo Herrera, Alfredo Maculet y Jaime Lorza Rodríguez..
Somos un movimiento nacionalista y sindical que tiene consistencia social. A fines de los años 70 logramos un millar de militantes incorporados oficialmente a nuestra institución política. En los años 80 nuestras acciones de propaganda recogiendo firmas, repartiendo volantes, publicando folletos, ensayos y libros; dando conferencias, realizando actos institucionales y rayado de paredes que nos llevó muchas veces a la detención en comisarías. Mientras la ciudad duerme sólo unos pocos luchan por sus ideales políticos. Nuestro proselitismo en escuelas, oficinas y sindicatos nos ha permitido estar en contacto con profesionales, trabajadores y estudiantes. El afán de avanzar con el nacionalismo chileno nos ha llevado a trabajar con personas y grupos que se identifican con el heroísmo, la misión y la emoción de servir a la patria, como también con quienes están preocupados por aspectos sociales de la convivencia que los lleva a promover un nuevo orden que cambie las instituciones de la democracia de partidos por otras que garanticen la autoridad, la libertad, la dignidad y la justicia conforme a los requerimientos que demandan las personas, por la legítima representación de la soberanía y la participación social plena. Esto último se puede expresar afirmando que el nacionalismo es una nueva alternativa frente a los partidos que terminan sólo como grupos de poder El nacionalismo es capaz de remplazar las funciones asumidas por el estado y por grupos económicos que sólo imponen sus intenciones de poder y el logro de nuevos negocios, con la pluralidad de funciones que les corresponde a la nación. Nuestra honestidad doctrinaria y política se garantiza a los chilenos por la creación de una escuela de pensamientos y valores.
PODER CONSTITUYENTE
El imaginario colectivo de quienes contribuyeron a dar forma y estructura a la nueva institucionalidad generada a partir del gobierno institucional de las Fuerzas Armadas y de Orden, que asumió el poder nacional el 11 de septiembre de 1973, fue el Poder Constituyente. Vale decir que quienes ejercen el poder pueden diseñar y construir nuevas instituciones que remplacen a las que han regido la convivencia hasta entonces y que han llevado a la ruptura institucional con pérdida del derecho, de la ética, de las funciones sociales de la nación y de la institucionalidad del estado.
La persona que aparece como forjadora del equilibrio entre la autoridad y la libertad para forjar un nuevo régimen institucional ha sido, por consenso dadivoso, el abogado Jaime Guzmán Errázuriz. En los tiempos del gobierno de Salvador Allende Guzmán era discípulo del sacerdote Osvaldo Lira Pérez, quien se encargaba de su formación filosófica, ética, política y religiosa. Lira fue un católico tomista forjador de un pensamiento político jerárquico, autoritario y social, cuya máxima expresión fue el corporativismo católico de Felipe II.
Estas ideas políticas encontraron expresión en Falange Española que rescató de la Edad Media y del Renacimiento Cristiano un modo de ser que da plenitud a una forma de vida y a una forma de convivencia donde prime la autoridad, el orden y la jerarquía.
En los estudios de este asunto surge el jurista alemán Carl Schmitt que dio forma jurídica al régimen político de Adolfo Hitler. Autor de la Doctrina Hobbbesiana que influyó en Guzmán para justificar el cambio de gobierno en 1973.
Si Lira aceptó de buen grado al falangismo de José Antonio Primo de Rivera, Jaime Guzmán se declaró admirador del régimen del General Francisco Franco y así lo hizo saber a su familia. Para él los derechos del hombre no son inalienables y pueden restringirse en etapas de emergencia o de excepción. Los derechos cívicos no son absolutos ni ilimitados. Guzmán expresaba con vehemencia que el gobierno militar debía encarar con firmeza la amenaza comunista a que llevaba el gobierno de Salvador Allende.
Su trayectoria señala que creó el Movimiento Gremialista en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se opuso al término de la confesionalidad de la PUCCH e intentó retomar el campus universitario, ocupado por reformistas de izquierda apoyados por la democracia cristiana, con apoyo del Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista con presencia en las universidades de Valparaíso. Activa participación tuvieron en ello Mario Urzúa, Mario Tapia y Jaime Etchepare. .Estuvo con la Revista Portada en los años setenta, calificada por analistas políticos como corporativista. Apoyó la candidatura presidencial del Ingeniero Jorge Alessandri Rodríguez, ex Jefe del Estado.
Luego se incorporó al Movimiento Cívico Patria y Libertad creado para lograr la elección de Alessandri en el Congreso Nacional basado en normas constitucionales .que establecían que en caso que no hubiera mayoría, debía elegir al Jefe del Estado entre las dos primeras mayorías.
Fracasado el intento se pretendió evitar que Allende asumiera el poder, con el secuestro del general René Schneider. Fue un fracaso con participación gremialista. En 1975 Guzmán se incorporó al neoliberalismo. Fue una ruptura con Lira y sus seguidores. Guzmán expresó que estuvo con el nacionalismo para derrotar al comunismo y que estuvo con los liberales para derrotar al nacionalismo. Atrás quedó su admiración por Franco, Raimundo Fernández Cuesta y Gonzalo Fernández de la Mora.

miércoles, 1 de junio de 2011

FE RESUELTA Nº81 JUNIO 2011

FE RESUELTA
Nº 81 Junio 2011 fe.resuelta@gmail.com Patria- Estado – Destino
Director: Hugo Carreño Aránguiz http://feresueltachile.blogspot.com/ Fundada en Octubre del 2004


RAICES CHILENAS DEL CORPORATIVISMO DEL TRABAJO
Las raíces del sindicalismo nacionalista devienen de los esfuerzos por dar participación y justicia a los trabajadores.
Entre estos antecedentes figura el Partido Social Sindicalista formado en 1932 por Clotario Blest, Bartolomé Palacios y Carlos Vergara. Entre sus planteamientos consideran: reforma agraria, función social de la propiedad, protección a los derechos de los trabajadores y organización de los trabajadores en gremios y sindicatos.
En 1934 nace el Partido Corporativo Popular, PCP, fundado por el abogado Oscar Álvarez Andrews, discípulo del sacerdote Fernando Vives Solar, provenía de la Inspección General del Trabajo en los tiempos de la Unión Social Republicana.
Según historiadores y analistas el PCP adquirió mayor consistencia con el ingreso de Felipe Herrera Lane y de Alejandro Hales Jamarme.
Oscar Álvarez Andrews es autor de varias propuestas y estudios del corporativismo. Para él ha llegado, en los años veinte y treinta del siglo pasado, la hora de la organización corporativa de las fuerzas productivas. El régimen corporativo descansa, desde el punto de vista económico, en una doble identificación: la de los industriales y la de los asalariados. Afirma que la organización debe estar estructurada en base a grupos similares por actividad, en oposición al individualismo liberal. El corporativismo es contrario al comunismo y al anarquismo. Supera la lucha de clases. Los hombres no se unen por clases, sino por su función productiva. Se deben crear estructuras que permitan la armonía entre el capital y el trabajo. Entre los corporativistas más destacados debemos señalar a Guillermo Viviani, Armando Donoso, Augusto Iglesias, Emilio Rodríguez Mendoza, Guillermo Edwars Matte y José Santos Salas.
De ellos merecen especial consideración el padre Guillermo Viviani que fue miembro de la Subsección de Corporaciones que tuvo como misión la organización corporativa de patrones, empleados y obreros. Viviani fue Inspector Visitador del Trabajo en 1927.
José Santos Salas, siendo Ministro de Estado, afirmaba que el nuevo gobierno debía organizar a las fuerzas productivas de la nación bajo la organización corporativista. Para ello se requería la emancipación espiritual, social y económica de los trabajadores. Una sociedad nueva de justicia y cooperación. Capacitación técnica y moral de los trabajadores, Cambios positivos en la forma de producción y condiciones adecuadas en la vida social. Fue la época de la organización de la administración pública, con especial énfasis en las relaciones del trabajo que llevaron a la creación del Ministerio del Trabajo, de sus Subsecretarías, de la Dirección del Trabajo y del primer Código del Trabajo. El abogado Álvarez fue funcionario de la Inspección General del Trabajo. Fue cercano colaborador del Subsecretario de Previsión Social Moisés Poblete. Troncoso, con quien público en 1924 Legislación Social Obrera de Chile.
Oscar Álvarez abrió nuevas opciones de votación a los católicos que entonces debían votar por el Partido Conservador. En 1931 publicó La libertad Útil y la Libertad Inútil. Revista Claridad de la FECH. En 1932 publicó Bases Para una Constitución Funcional. Talleres Gráficos San Rafael. En 1936 Historia del Desarrollo Industrial en Chile. En 1942 escribió Introducción a la Sociología Americana. En 1945 Biografía del Caribe. Aspectos Sociológicos del Lenguaje. Revista Mexicana de Sociología 1949. La Sociedad en Chile Austral. Don Tomás Andrews Sharpe 1953. En 1954 dio a conocer su obra Las Fuerzas Sociales. Ensayo de Sociología Aplicada. Instituto de Investigaciones Sociales México. Caracteres Generales de las Sociedades Latinoamericanas Revista Mexicana de Sociología, RMS. 1957. Aspectos Sociológicos del Problema Educacional en Chile. RMS 1958. El Problema de la Familia en Chile. RMS 1958. En el Mercurio de Valparaíso publicó en 1963 Bernardo O’higgins y doña Rosario Puga. En el Instituto de Investigaciones Sociales publicó en 1965 Chile Monografía Sociológica. En la Revista Forja publicó Carrera y O’higgins, Precursores del Nacionalismo Chileno, Manuel Rodríguez. El abogado. El militar. El político. El guerrillero., La Verdad Sobre la Revolución Militar de 1924-1925.Todos escritos en 1969. En el año 1970 publicó Pro y Contra del Primer Gobierno del Presidente Ibáñez y El General Bartolomé Blanche. Modelo de Militar y Ciudadano. En 1971 publicó Don Guillermo Subercaseaux y el Nacionalismo Chileno, y El Delito Político.
Nuestro interés en las obras y realizaciones de Oscar Álvarez Andrews radica en dos hechos: Su incorporación a trabajar con nosotros en 1969 y el hecho importante de haber formado parte de las acciones sociales e institucionales en el ámbito del trabajo. Esta situación es importante porque relata las actividades institucionales en la estructura del gobierno del estado que exigen realismo y objetividad. Se puede señalar esta situación de todos los nacionalistas chilenos que han contribuido a la construcción permanente de la convivencia y de la institucionalidad del estado. Es el caso del Banco del Estado, del Banco Interamericano de Desarrollo, de la Dirección del Trabajo, de la Dirección de Sanidad, de la División de Organizaciones Civiles, de la Subsecretaría de Previsión Social, de la Secretaría Nacional de los Gremios, de la Escuela Sindical de Chile, del Estatuto Social de la Empresa, del Consejo Nacional del Trabajo, de la División de Educación Superior, de Rectorías Universitarias, Escuelas, Departamentos, Facultades, Institutos y otras tareas de gobierno.
Sobre los corporativistas del PCP debemos decir que Felipe Herrera Lane nació en Valparaíso el 17 de Junio de 1922 y murió en Santiago el 17 de Septiembre de 1996. Abogado, economista y profesor universitario. Ingresó posteriormente al Partido Socialista Popular que apoyó la candidatura presidencial del General Carlos Ibáñez del Campo. Fue Ministro de Hacienda del segundo Gobierno de Ibáñez. Creó junto a Jorge Prat el Banco Interamericano de Desarrollo el 30 de Diciembre de1959. Fue director del BID desde 1960 a 1970. Publicó en 1945 El Banco Central de Chile. Curso de Política Económica, 1950, Los Fundamentos de la Política Fiscal, 1952, América Latina Integrada, 1964 y América Latina: Experiencias y Desafíos, 1974.
Alejandro Hales Jamarme nació en Temuco el 22 de Abril de 1923 y murió en Santiago el 7 de Abril de 2001. Abogado de la Universidad de Chile. Ingresó en 1942 al Partido Agrario Laborista, PAL, partido de naturaleza nacionalista y agrario de espíritu corporativo dirigido por Guillermo Izquierdo Araya. Apoyó candidatura presidencial de Carlos Ibáñez del Campo en 1952. Fue Secretario General de la Campaña. En 1953 integró el Gabinete siendo Biministro de Agricultura y de Tierras y Colonización. En 1954 fue Ministro de Minería. Creó, con otros dirigentes del PAL, la Democracia Agrario Laborista que apoyó la candidatura presidencial de Eduardo Frei Montalva. Fue Ministro de Minería entre los años 1967 y 1970. Estuvo en La Chilenización del Cobre. El año 1988 fue dirigente independiente de la opción No del Plebiscito Presidencial. El año 1991 fue designado Ministro de Minería del gobierno de Patricio Aylwin. En 1996 fue elegido Concejal de Ñuñoa con 20.371 votos.
Fe Resuelta es una publicación nacional sindicalista que aspira contribuir a la formación política y doctrinaria de los nacionalistas. Los corporativistas señalados dan continuidad a una misión permanente, para forjar un nuevo estado.
VISITAS A CHILE
En Fe Resuelta 77 publicamos una serie de visitas a nuestra nación y los viajes de nacionalistas a otras naciones. Ese artículo fue cuestionado por personeros de la revista Ciudad de los Césares que aprovecharon la situación para manifestar que ellos no apoyaron al gobierno militar ni formaron parte del “ambiente nacionalista” de aquellos años. Tampoco se consideran anfitriones de las personas que han visitado Chile. Además afirmaron, entre otras materias, que Franz Joseph Straus era democratacristiano. Allá ellos con sus creencias, acciones y propuestas “alternativas” que han derivado a posturas integristas del mundo árabe, especialmente del gobierno de Irán y de los extremismos políticos y religiosos del Islamismo. El Social Cristianismo ha tenido dos vertientes: una democrática y la otra nacionalista. Straus y Hans Seidel fueron nacionalistas y crearon al fin de la Segunda Guerra, 1945, la Unión Social Cristiana de Baviera. La democracia cristiana es otro partido.
En esta ocasión hemos acogido las opiniones de personas nacionalistas que señalan, con razón, que se omitió el viaje del ingeniero René Inostroza Tapia a Japón, Canadá y Argentina. También debemos recordar la visita a Chile del Arzobispo Marcel Lefebvre, en 1977, que representa el tradicionalismo católico de la Iglesia. Lefebvre no compartía las resoluciones del Concilio Vaticano II con respecto, principalmente, a la Santa Misa. Marcel Lefebvre creó la Fraternidad San Pío X, con presencia actual en Chile, con una catedral, una parroquia, una capilla y un colegio, con el cuerpo eclesial correspondiente.
Con ocasión de una de sus visitas el Cardenal Raúl Silva Henríquez ordenó a todos los componentes de la Iglesia de Santiago no permitir el uso de sus dependencias al Arzobispo francés. Cuestión que fue resuelta, en esa ocasión, por sus seguidores que habilitaron una sala del Hotel Carrera, para hacer posible las tareas pastorales del religioso.
El Arzobispo Lefebvre elogió al gobierno de Pinochet. Lo propio hicieron los tradicionalistas chilenos que dieron su apoyo al gobierno institucional de las Fuerzas Armadas y de Orden.
En Chile el tradicionalismo de la Iglesia estuvo entonces representado por el sacerdote Osvaldo Lira Pérez y por amplios sectores católicos. El padre Lira, al igual que sus seguidores, fueron siempre obedientes a la Jerarquía de la Iglesia Católica y dieron su respaldo permanente al régimen militar.
En 1911 visitó Chile el jurista francés León Duguit. Escribió diversas obras que consolidaron las ideas y propuestas de corporativistas chilenos. Entre ellas podemos mencionar Función Social de la Propiedad, Soberanía y Libertad 1924. Las Transformaciones Generales del Derecho desde el Código de Napoleón, 1920. Derecho de Sufragio, 1928. Manual de Derecho Constitucional, 2005.
Este jurista francés recorrió diversas naciones iberoamericanas, para difundir el corporativismo laboral y la administración del estado.
CONTINUIDAD HISTORICA
El Movimiento Nacional Sindicalista tiene una continuidad histórica que proviene de la actitud permanente de superar el liberalismo político y económico. Sus fundadores tuvieron presencia política a partir de la creación en 1924 de la Unión Social Republicana de los Asalariados Chilenos. Entonces el nacionalismo era considerado como opuesto al liberalismo. En efecto, allí militaron Oscar Álvarez Andrews, abogado e Inspector General del Trabajo, con activa participación en la Subsecretaría de Previsión Social, y Delfín Alcalde Wetson, joven estudiante de leyes en la Universidad Católica de Chile, que contribuyó a la formación de esta fuerza política con ocasión de la articulación social de la República Socialista de Marmaduque Grove. Su efímera existencia lo llevó a ingresar al Movimiento Nacional Socialista, creado en 1932, para posteriormente concurrir, junto a Federico Mujica y Adrián Buzzetti, a la fundación en 1947 del Movimiento Nacional Sindicalista con la Revista Bandera Negra. En los años previos, el nacionalismo del trabajo había vivido la anarquía política y militar que destruyó la paz social, el orden público, el espíritu de mando y la autoridad del gobierno del estado.
Entonces ocurre la sublevación de la marinería y suboficiales de la Escuadra Nacional ocurrida en Coquimbo en septiembre de 1931, el intento de apoderarse de un regimiento en Copiapó a fines de ese año. El Consejo de Guerra que enjuicia a varios militares que serán amnistiados por la República Socialista. También se produce la “sublevación de la Escuadra” por demandas de ascensos y mejora de sueldos. Los jóvenes militares protagonizan hechos políticos, como “el ruido de sables,” que critican la institucionalidad del estado. Varios oficiales se incorporan al Ministerio del Trabajo y le dan un espíritu corporativo a las relaciones laborales, a las organizaciones del trabajo y a la forma de producción. También se generan, en los años treinta, hechos de violencia como la masacre del Seguro Obrero y la acción militar del general Ariosto Herrera Ramírez que es respaldada por personas y fuerzas nacionalistas. Es el caso, entre otros, de Osvaldo Lira, Ramón Callís, y Guillermo Izquierdo Araya. Ariosto Herrera formará junto a sus seguidores el Movimiento Nacionalista de Chile el 12 de febrero de 1940.Sus problemas con la justicia, expatriación, y el intento de derrocar al nuevo gobierno del Frente Popular, “Ariostazo,” lo llevan a delegar el mando en Guillermo Izquierdo Araya, delegación que no será respaldado por sectores juveniles, entre los que destaca Ramón Callís Arrigorriaga. Guillermo Izquierdo Araya fusionará su movimiento con el Partido Agrario para dar forma al Partido Agrario Laborista que apoyó la candidatura presidencial del general Carlos Ibáñez del Campo que gobernó Chile entre 1952 y 1958.
El Movimiento Nacional Sindicalista no apoyó, institucionalmente, la candidatura del ex Presidente, por la diversidad de fuerzas que participaban en el comando político que provenían tanto de derecha como de izquierda, sin que el nacionalismo contara con especiales consideraciones, para enriquecer sus proyectos políticos. Es, en definitiva, lo que ocurrió.

sábado, 30 de abril de 2011

FE RESUELTA Nº80 - MAYO 2011

FE RESUELTA
Nº 80 Mayo 2011 fe.resuelta@gmail.com Patria- Estado – Destino
Director: Hugo Carreño Aránguiz http://feresueltachile.blogspot.com/ Fundada en Octubre del 2004


¿INTEGRACIÓN O REPRESIÓN SINDICAL?
El sindicalismo proclamado por el nacionalismo rechaza el sindicalismo de clases sustentado por anarquistas y comunistas.
Su planteo doctrinal es reconocer a los sindicatos como organismos sociales dotados de la soberanía que le es propia como cuerpo social de la nación. El Movimiento Nacional Sindicalista proyectó su sindicalismo al mundo del trabajo desde mediados de los años cincuenta. Sus impulsores más destacados fueron Federico Mujica, Pedro Zurita, Iván Katalinich, Delfín Alcaide Wetson, Mario Urzúa y Olegario Segundo Vásquez Castro. En los años setenta y principios de los ochenta este sindicalismo fue aplicado desde la Secretaría Nacional de los Gremios y desde la Escuela Sindical de Chile. Es un sindicalismo crítico del sindicato de clases y de partido que predominaba en la Central Única de Trabajadores en los tiempos de la Unidad Popular. Los partidos, con participación en lo sindical, fueron, aparte de socialistas, comunistas y anarquistas, la democracia cristiana y las fuerzas socialdemócratas del radicalismo. El sindicalismo nacionalista surgió de la consideración social por la justicia y el bienestar de los trabajadores, cuestión que coincidió en el tiempo con el catolicismo social y político de los años treinta, lo que le dio consistencia y grados de representación social. El sindicato como fuerza moral de los trabajadores anidó en fuerzas nacionalistas que encontraron en los sindicatos el poder necesario para hacer realidad la justicia y el bien común. Las agrupaciones nacionalistas y católicas conocieron las dificultades que impedían lograr la justicia y el bien común. Para ellos fue importante crear un camino para el desarrollo sindical que abriera espacios a la participación social de los trabajadores en la economía nacional. La realidad mostró la influencia de los dueños del dinero, en la fijación de precios y salarios. Entonces fue notoria la identidad de propósitos entre el liberalismo político y su régimen económico. Las normas de la convivencia no concedían valor al aporte de los trabajadores, para financiar la vida nacional. El Movimiento Nacional Socialista se proyectó al mundo del trabajo. También lo hizo posteriormente el Movimiento Nacional Sindicalista. Su fuerza espiritual provenía de los maestros del sindicalismo: George Sorel y Ramiro Ledesma. Sorel reconoció el carácter revolucionario del sindicalismo, por ser portador de valores morales. Los liberales, afirmaba, carecen de estos valores. “lo sublime ha muerto en la burguesía y ésta está condenada a no tener moral” afirmó el ingeniero Sorel en sus Reflexiones Sobre la Violencia. El licenciado Ledesma impulsó un nacionalismo del trabajo capaz de articular una forma económica, social, participativa y justa. El sindicalismo nacionalista chileno heredó los esfuerzos del social sindicalismo de Clotario Blest y del corporativismo popular de Oscar Álvarez que escribió en 1936 Historia del Desarrollo Industrial en Chile. Durante el segundo mandato presidencial del general Carlos Ibáñez del Campo los nacionalistas pudieron realizar parte de sus proyectos sociales. De allí surgió la Central Única de Trabajadores de Clotario Blest y la capacitación de los dirigentes sindicales a través de un organismo de carácter social, con la función específica de formar y capacitar a los trabajadores chilenos, donde tuvo importante participación Mercedes Ezquerra. En aquellos tiempos los trabajadores estaban organizados. El nacionalismo tenía una proyección a los sindicatos. El comunismo estaba fuera de la ley. Los nacionalistas tenían fuerza y representación social. El social cristianismo abrió espacios a sectores cuyos militantes pertenecían a la Iglesia Católica. El social cristianismo tenía una vertiente democrática y otra nacionalista. Eran los tiempos de falange, del social sindicalismo, del corporativismo popular y del nacional sindicalismo chileno. De allí nació la Acción Sindical Chilena, ASICH, y el Frente Nacional de Cesantía, FNC, que más adelante se transformaron en el Frente Laboral de Chile, FLC. Bajo el régimen militar, 1973-1990, se rearticuló, con mayor fuerza, el nacional sindicalismo y definió un ámbito de acción que le permitió formar a las nuevas generaciones dirigentes de gremios y sindicatos. Ya no se trata de privilegiar ni a los sindicatos de clases ni a los sindicatos de partido. Se trata de superar al comunismo y al anarquismo, por no estar al servicio de los trabajadores. También se trata de superar al liberalismo político y económico que sólo sirve a los dueños del dinero, en desmedro de los trabajadores. La participación social estuvo definida a través del Consejo Nacional del Trabajo (1981) y a través de las empresas. La participación social plena estuvo doctrinalmente establecida en las estructuras del estado, manteniendo la libertad y la autonomía de los gremios y sindicatos. Las fuerzas neoliberales del gobierno militar aceptaron la presencia de los sindicatos que rechazaron el populismo socialista de la Unidad Popular y su gobierno. Fueron los dirigentes del llamado Poder Gremial conformado, entre otros, por la Confederación de Empleados Particulares de Federico Mujica, la Confederación de Trabajadores del Cobre de Bernardino Castillo y Guillermo Medina, la ANEF de Tucapel Jiménez, los Colegios Profesionales, gremios empresariales, Comercio Detallista, asociaciones de trabajadores del estado, trabajadores municipales, trabajadores del sector privado, la CUPROCH de Julio Bazán, Confederación Única de Profesionales de Chile, el Frente de Profesionales de Valentín Robles, la Confederación Única de Trabajadores de León Vilarín y el Comando de Trabajadores de la ENAP. También estaban los gremios y sindicatos del sector transporte de carga y de pasajeros, y los trabajadores de empresas marítimas de Eduardo Ríos. Estos sindicatos y gremios fueron desplazados gradualmente al interior del gobierno, hasta la pérdida casi total de su influencia. Luego los neoliberales de Jaime Guzmán y Sergio Fernández tuvieron que enfrentar a nuevos sectores sindicales liberados del marxismo y de los partidos políticos. Al principio dudaron atacarlos, pero el desplazamiento de los “gremialistas”, en diversas estructuras de poder al interior del régimen, les obligó a hacerlo. Los dirigentes sindicales del llamado Poder Gremial rechazaban el sindicalismo de clases y partidos. “La CUT, Central Única de Trabajadores, representaba el símbolo del sindicalismo politizado, excluyente y no representativo”, afirmaba Eduardo Ríos, que hizo causa común con Federico Mujica, Tucapel Jiménez, Hernol Flores, Martín Bustos y otros dirigentes. La situación política llevó a una actitud reflexiva, donde el problema del comunismo fue un elemento de análisis de primera importancia en la situación nacional y en el ámbito de la convivencia internacional, donde la llamada Guerra Fría se hacía parte del equilibrio que debía primar en las relaciones entre estados. Por eso se planteaba entre los sectores democráticos la lucha contra el comunismo que fue liderado por los partidos Demócrata Cristiano, Nacional y Radical. El Nacionalismo Organizado hizo lo propio. Sin embargo, nos dice el profesor Rolando Vallejos, en su estudio sobre la política sindical del régimen militar publicado en la Revista Estudios 43 correspondiente a julio-diciembre del 2010, “los dirigentes que apoyaron el cambio de gobierno, no estaban dispuestos a dejar de lado la defensa corporativa de sus asociados ni las aspiraciones reivindicativas del gremio”. Para lograr estos objetivos predicaban la participación social con representatividad de las fuerzas laborales. En ello tuvieron fuerte influencia los sindicatos y gremios del Poder Gremial y los nuevos dirigentes surgidos de la Escuela Sindical y de la Secretaría Nacional de los Gremios de Misael Galleguillos. Destacan en ello Martín Bustos, Pedro Briceño, Bernardino Castillo y Guillermo Medina, que estuvieron vinculados al Ministerio del Trabajo desde el 11 de septiembre de 1973, sobre todo con los Ministros Mario Mackay y Nicanor Díaz Estrada. Este último propuso un movimiento sindical con sindicatos fuertes, con participación en las decisiones del gobierno. También propuso el Estatuto Social de la Empresa, ESE, y la creación de una Central Nacional de Trabajadores que no prosperó. El general Mackay expresaba que “la misión patriótica de los dirigentes será representar realmente los intereses de los trabajadores, al margen de las ideologías políticas”.
En la etapa fundacional del régimen se intentó institucionalizar un sindicalismo corporativo despolitizado, funcional a la búsqueda de respaldo popular proyectado al futuro. Desde entonces se hicieron presentes los conceptos de participación y despolitización.
Para el profesor Álvarez “el ESE, creado el 1ª de Mayo de 1975, era apenas un sistema de participación en la información y en algunos niveles de funcionamiento de las empresas”. Sin embargo su propuesta consideraba la negociación colectiva y el derecho a huelga, asuntos que fueron retomados por la SNG que inició en 1977 una etapa de formación de nuevos dirigentes que fueran capaces de asumir nuevos liderazgos, para alcanzar la participación gremial y sindical en las empresas y en la estructura del estado que se estaba creando, con la fuerza que impera en las etapas más dinámicas del poder constituyente, para forjar una forma de estado. Debemos recordar que entonces se asumió el poder, con el objetivo de darse una nueva institucionalidad, para superar la crisis del orden democrático liberal que primaba en la convivencia. La crisis en todo el orden institucional provocó la ingobernabilidad necesaria, para imponer el populismo socialista, al estilo cubano, que pretendía la Unidad Popular y el gobierno del Presidente Salvador Allende. La lucha contra el comunismo tenía como principal motivación crear un sistema de participación restringido, pero capaz de lograr gobernabilidad y grados aceptables de justicia social. Estos supuestos se daban en plenitud en la teoría política y social del nacional sindicalismo chileno que consideraba al sindicato como cuerpo social y a la participación como único camino para lograr la debida representación del pueblo en la estructura del poder político del estado. La SNG abrió espacios de participación a través de la propia Secretaría organizando reuniones de los sindicatos con el Jefe del Estado, los Ministros y con las Autoridades Regionales. Después del plebiscito de la Constitución de 1980 propuso la creación del Consejo Nacional del Trabajo, CNT. Este Consejo estaba formado por trabajadores, empresarios y gobierno, presidido por el Ministro del Trabajo. El Presidente Augusto Pinochet aprobó la propuesta y se dio inicio a su funcionamiento eligiendo a los miembros del CNT. Su puesta en marcha se daría conocer a los dirigentes sindicales y empresariales a fines de 1981 en una reunión oficial citada para tal efecto. Pero el ministro del Trabajo Miguel Kast logró postergarlo, en razón de una crisis económica que afectaría al país.
El dilema planteado por Rolando Álvarez Vallejos, profesor de la Universidad de Chile y de la USACH, “Represión o Integración” se puede proyectar, con fundamento, a la dicotomía entre los personeros del Ministerio del Trabajo y la Secretaría Nacional de los Gremios que impulsó la integración de los sindicatos y gremios a la participación institucional de los trabajadores en la creación y aplicación de políticas del ámbito laboral y económico. Entre los dirigentes que estaban vinculados a la SNG destacan, entre otros, René Sottolichio, Juan Vergara, Jorge Salinas, Guillermo Gacitúa, Rogelio Molina, Lamberto Pérez, Sergio Carrillo, Napoleón Canales, Pedro Guzmán, Valericio Orrego, José Ayala, Alfredo Valdivia, Rafael Rosales, Jaime Saura, Juan Sanhueza, Elecier Parada, Juan Castro, Aura González, José Cavalieri, Luís Sánchez, Armando Aguirre, Erick Allen, Norma Valenzuela, Julio Figueroa, Ricardo Lillo, Raúl Orrego, , Luís Lillo, Saturnina Matus, Ramón Cid, Ema Brito, Juan Chacón, Rosa Flores, Mónica Peack, Marina Muñoz, Alejandro Astorga, Héctor Alfaro, José Bodelón y Pedro Briones. De la SNG y de la Escuela Sindical se debe considerar a Misael Galleguillos, Fernando Muñoz, Pedro Zurita, Germán Cuevas, Carlos Hernández, Eduardo Sánchez, Oscar Burgos, Patricia Arancibia, Ramón Callís, Jaime Tramón, Ariel Peralta, Genaro Sepúlveda, Pedro San Martín, Mario Urzúa, Jaime Sepúlveda, María Teresa Mardonez, Gerardo Vidal, Nancy Sepúlveda, Ricardo Contreras, César Hernández, Luís Leiva, César Pinilla, Arturo Storaker, Alfredo Ferrada, Beltrán Aguirre, y Manuel Hernández.
LIDERES
Para desarrollar nuestro proyecto político debemos formar nacionalistas con capacidad de mando, lo cual exige plantear a nuestros militantes y seguidores que estudien y hagan propios los desafíos del liderazgo. Nuestro idioma nos señala en la Real Academia que el líder es una persona a la que un grupo sigue, reconociéndole como jefe, por su superioridad ética. Los líderes son personas que tienden a ser guías y voceros de sus pares, poseen un carisma, cierta estabilidad emocional. Se caracterizan por poseer cualidades, entre las cuales debemos señalar habilidad para comunicarse, ser íntegros, motivadores, creativos, originales, inspiradores, comprometidos, responsables, emprendedores y agentes de cambios, es decir, buscan la superación permanente de nuestros planteamientos y propuestas, manteniendo los principios y valores contenidos en nuestro estilo y doctrina.
La profesora Patricia Escobar Undurraga, Directora de Psicopedagogía de la Universidad Andrés Bello, señala que ser líder implica una gran responsabilidad, ya que sus actos servirán como modelo para otros. Lo importante es saber equilibrar y conducir esas cualidades, pues a veces esas virtudes o competencias de liderazgo se pueden convertir en comportamientos negativos llevándolos a ser egocéntricos, egoístas, autoritarios y abusadores, con sus pares. Los aspirantes a líderes deben adoptar una actitud y una conducta ejemplar que debe irradiar lealtad, respetabilidad, cultura y empatía. Los mandos y militantes deben potencial las cualidades que ellos poseen, desarrollando nuevos líderes, con espacios adecuados de participación que les permita enfrentar, con libertad y autonomía, los desafíos que la sociedad les imponga como requerimiento para su realización personal y social.
Es importante tener conciencia del carácter generacional de nuestra militancia, lo que exige a los nuevos miembros de nuestra comunidad conocer y valorar la historia y trayectoria de nuestro accionar como movimiento político y social al servicio de la nación y de su pueblo. Sin embargo no podemos ignorar la condición humana. Ya lo dijo San Pablo cuando expresó “no he hecho todo lo que quiero, pero he hecho todo lo que no quiero”. Para nosotros siempre es necesaria la superación, la reparación y la voluntad, lo que nos hace ser cada vez mejores personas, con la finalidad de servir como corresponde nuestra vocación de servicio y sacrificio. La mejor forma de cumplir con nuestra misión es unir nuestro destino personal al destino de la patria.

jueves, 31 de marzo de 2011

FE RESUELTA Nº79 ABRIL 2011

FE RESUELTA
Nº 79 Abril 2011 fe.resuelta@gmail.com Patria- Estado – Destino
Director: Hugo Carreño Aránguiz http://feresueltachile.blogspot.com/ Fundada en Octubre del 2004


CULTURA, NACIONALISMO Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL
Es un hecho establecido que en las naciones económicamente desarrollados la conciencia de la jerarquía de los valores está debilitada. En cambio en las naciones en vía de desarrollo frecuentemente las tradiciones ancestrales han conservado vivo y eficaz el sentido de ciertos valores humanos sumamente importantes. Ya lo decía José Antonio Primo de Rivera: “el hombre es portador de valores eternos”.
La cooperación científica, técnica y económica entre comunidades políticas económicamente desarrolladas y las naciones que aún están en los inicios de su desarrollo requieren mayor amplitud que la que hoy conocemos. El respeto a los valores humanos de estos pueblos debe ser respetado por los países desarrollados para evitar, como es común, buscar en ellas ventajas políticas, con espíritu de dominio. Es lo que ha ocurrido en las relaciones de Estados Unidos con las naciones iberoamericanas. Es indispensable, y lo exige la justicia, que esa ayuda técnica y financiera sea aportada con el más sincero desinterés político. Bien lo dijo Ramón Callís Arrigorriaga, Jefe fundador del MNS, al Presidente D. Eisenhower en su paso por Chile en 1962, “si el enemigo de la gran república norteamericana es el comunismo, su deber moral es relacionarse con nuestras patrias para resolver los problemas y el retraso de la justicia, a través de gobiernos con el sello hispánico y mestizo. El actual Presidente Norteamericano Barak Obama, de visita en Chile en marzo pasado, hizo un reconocimiento al proceso institucional chileno que difiere a lo ocurrido en las naciones árabes, donde se practica la violencia que conduce a la ingobernabilidad, para exigir un cambio de gobierno por renuncia del mandatario, como ocurrió en Egipto, o bien solicitan la presencia militar internacional, para lograr el cambio como ocurre en Libia. El Presidente Obama ha replanteado el pensamiento de Estados Unidos, en su concepción capitalista proyectado a la política, a través de la democracia liberal y el equilibrio que debe existir entre los poderes político, económico, militar y psicosocial, para el dominio de las fuerzas que influyen en las decisiones de la convivencia internacional. Hoy se trata de impedir el surgimiento de nuevos estados en el manejo de las relaciones internacionales. Con ingenuidad Obama describe las llamadas “revoluciones de los rebeldes” que luchan por la democratización de los estados árabes. Como era de esperar el gobierno y la oposición de Chile se sumaron a la política intervensionista de los dueños del poder.
El desarrollo pleno de la convivencia internacional requiere de una colaboración mutua que permita y favorezca una circulación ordenada y fecunda de capitales, hombres, conocimientos válidos, tecnologías y valores. De lo contrario surgirán gobiernos “hechizos” marcados por el marxismo y dotados de una actitud antinorteamericana que demorará más en el tiempo la solución definitiva, para nuestros pueblos que surgirá del nacionalismo.
La Venezuela de Hugo Chávez, el Ecuador de Rafael Correa y la Bolivia de Evo Morales son prueba de ello. Cuba y su populismo marxista, así como la Nicaragua de Ortega son opciones definidas por el estatismo totalitario del marxismo.
Es oportuno referir que, en general, se diferencia al socialismo del comunismo. El primero preconiza la colectivización de los bienes de “explotación”, mientras que el segundo colectiviza, además, los bienes de consumo. Sobre esto no debemos olvidar la socialización de los medios de producción en la época de la Unidad Popular hecha gobierno, ni debemos olvidar la colectivización de los medios de consumo a través de las JAP, juntas de abastecimientos y precios. Los dos sistemas están fundados sobre principios estatistas, y por eso el socialismo es condenable. Es necesario no confundir lo social con socialismo. Este último planifica la vida social en detrimento de la libertad de los individuos y de los cuerpos sociales. Se opone por tanto al bien común.
El nacionalismo del trabajo, fundamentado en la cultura occidental iberoamericana, pretende crear una fuerza política y social capaz de derrotar la revolución de los agnósticos, escépticos y relativistas del bien y la verdad, que aspiran al dominio de la humanidad a través del poder político y del poder de los dueños del dinero, de las armas y de las drogas, para lo cual difunden su moral formal antivalórica que destruye las ideas y creencias surgidas de la religión, de la filosofía, de las artes, de las ciencias y de la moral valórica, hechas civilización y cultura.
Es el momento de referirse a las culturas ancestrales. Contienen ideas y creencias que dan soporte a las culturas surgidas en los últimos veinte mil años. Sus pensamientos y virtudes de carácter cosmogónico y mítico acerca del hombre, la naturaleza, y la vida contienen una mística esotérica que lleva a una visión genérica de la esencia y existencia de ideas, hechos, actos y realizaciones.
Lo propio ocurre con las culturas de los llamados pueblos originarios donde conviven en una cierta armonía los dioses, la naturaleza y los seres vivos. Estas culturas originarias son usadas para la “revolución” con el fin de dividir y debilitar la vida espiritual de los pueblos. Lo mismo ocurre con el “proletariado” de los marxistas, que lo utilizan para poner en tensión la lucha de clases y avanzar en sus intenciones de dominio y en la construcción de su poder mundial hoy llamado globalización por su carácter internacional. No es verdad que los socialistas y comunistas busquen justicia para los “proletarios”, que son, para ellos, los hombres considerados pobres y desplazados carentes de conciencia de clase que ellos mismos dicen representar, por ser los creadores de tal conciencia. Para ello crearon la psicopolítica ( Beria y Granschi) y las guerras, donde usan la ignorancia y las armas para imponer, por el terror, su poder totalitario.
El nacionalismo patriótico social sindicalista llama a la militancia personal, social y corporativa de los chilenos que se sienten llamados a aportar su voluntad, su espíritu, su inteligencia, su formación valórica y su capacidad emocional al esfuerzo por la lucha permanente por la libertad, la dignidad y la justicia social.
El nacionalismo verdadero, el que va más allá del sentimiento, el territorio y la bandera se destaca ante los chilenos por unir el destino personal al destino de la patria. Todo lo que haga con su vida será valorado por analistas e historiadores y su quehacer permanente será incorporado a la memoria colectiva del nacionalismo chileno.
El nacional sindicalismo ha realizado una tarea de investigación y una acción pública que permita reunir en un mismo afán al nacionalismo, desde la emancipación hasta nuestros días. No hay que partir de cero. Allí está la forja de una forma de convivencia social que parte con la familia, la creación de los cuerpos sociales de la nación y la creación del estado. El estado es obra de Diego Portales. Están allí las guerras victoriosas por la independencia y soberanía de la patria. Está la construcción de un sistema económico que tuvo que financiar dos guerras y un poder militar que da consistencia al poder nacional. El poder nacional contiene capacidades, para producir alimentos para el pueblo, desarrollar la minería, la agricultura, la pesca, la ganadería, los bosques, la industria, el comercio, las obras civiles, las aldeas, pueblos y ciudades, las escuelas y universidades, los templos y campos de Marte de iglesias y regimientos, la energía para el desarrollo, los servicios del estado, con énfasis en la educación, la salud, la previsión social, la justicia y la vida ciudadana. En fin, todo lo que da contenido a la autoridad, al orden y a la jerarquía.
Los nacionalistas que consideraron cumplida su misión, por la derrota de la revolución popular del gobierno del Presidente Salvador Allende y sus fuerzas políticas, olvidan que entonces abrieron espacios a la libertad de la patria, pero hoy han decaído a una actitud de abandono de las causas patrióticas y sociales. Esta actitud de abandono la viven también otras fuerzas sociales, incluidas las fuerzas armadas, que creen que superados los peligros y urgencias cívicas todo está resuelto. Esto hace que sectores políticos y empresariales no trepiden en someter a las personas y a los cuerpos sociales, a injusticias, usuras e iniquidades, que sirven sólo a sus propios intereses y egoísmos.
Es escandaloso que quienes tuvieron participación en el gobierno militar, para lograr sus propios objetivos políticos y económicos, hoy se sumen a las críticas de la izquierda por los atropellos a los derechos humanos invocando la judicialización de la convivencia de los años setenta y ochenta. Rehuyen la responsabilidad de sus actos de gobierno y culpan a nacionalistas y servicios de inteligencia, por los hechos y delitos que se rechazan, y que son materias de procesos y condenas. Hubo empresarios que estaban dispuestos a darlo todo por la liberación de la patria y hoy se preocupan sólo de sus intereses económicos y de su situación de privilegio en la convivencia nacional.
El gobierno militar no se reduce a la violación de los derechos cívicos, humanos e institucionales. Es toda una obra de la que han usufructuado incluso los enemigos de la liberación nacional. Los gobiernos de la Concertación han estado veinte años en el poder político, sin resolver los problemas sociales de los trabajadores chilenos. Utilizaron el poder institucional, que tanto criticaron, para satisfacer sus propios intereses con la falacia de ser depositarios de una superioridad moral que nunca tuvieron. Aceptaron el neoliberalismo y postergaron soluciones sociales que le costaron la pérdida del gobierno. Por si fuera poco entregaron parte de nuestro territorio continental y marítimo a otro estado.
Por eso nos preocupa el abandono que genera la “misión cumplida”.
Chile necesita una fuerza nacionalista para enfrentar los esfuerzos de quienes aspiran a la revolución que proclaman socialistas y neoliberales, que en el fondo comparten similitud de fines, asuntos que se armonizan entregando poder político a las izquierdas, con el compromiso de no atentar contra el sistema económico liberal que sirve a los dueños del dinero y que posterga la libertad, la dignidad y la justicia social.
La patria nos llama.
La patria es eterna metafísica.
La patria es principio de nuestro ser y gobierno.
La nación es la fuerza espiritual de una comunidad humana, formada por personas, familias y organismos sociales asentados en un territorio, que contiene las ideas, los hechos, los actos y las realizaciones que conforman pensamientos, valores y voluntades que nos han dado origen en el tiempo histórico, para forjar una patria, un estado y un destino.
FREI Y SCHNEIDER
En las elecciones presidenciales de 1970 Salvador Allende logró un triunfo político que tuvo fuerte impacto en el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva y en las fuerzas políticas de centro y de derecha. Se culpó de esta tensa situación política a la Democracia Cristiana, por persistir en la candidatura de Radomiro Tomic en lo electoral, y por las políticas públicas del gobierno de Frei que carecía de un proyecto doctrinal para gobernar la nación. Siempre quedó en la indefinición de sus conceptos y proyectos, por la fuerte disyuntiva que planteaban los sectores del socialismo marxista, autocalificados de revolucionarios, por la influencia de la revolución cubana de Fidel Castro.
El día que la Unidad Popular ganó el gobierno llevó a todos los sectores ciudadanos a reflexionar sobre el destino de la institucionalidad republicana de Chile.
Según sectores profesionales del poder militar el Presidente Frei Montalva habría convocado al Comandante en Jefe del Ejército a una reunión donde le planteó derechamente que los militares podrían evitar que Allende tomara el gobierno. En la ocasión afirmó que él era un demócrata y no podía vulnerar la constitución.
El general Schneider reunió al Cuerpo de Generales e informó la situación planteada por el Presidente Frei. Hubo un prolongado silencio y luego se escucharon conversaciones entre los asistentes. De pronto el Jefe del Ejército ofreció la palabra para conocer opiniones y propuestas. Lo inusual de la situación hizo que se adoptara una actitud de reserva. Siguen los rumores hasta que un general pide la palabra para expresar que la petición debe ser analizada teniéndose presente que constituye un delito político que no va a pasar desapercibido por las fuerzas políticas y las instituciones republicanas. Entonces surge la respuesta: se acepta siempre que el Presidente se haga responsable y sea parte de la solución. Es seguro, refirió uno de los presentes, que producido el acto el propio Presidente condenará la situación y cortará cabezas.
La postura oficial fue en los términos descritos. El general Schneider le dio la respuesta al Jefe del Estado. Nunca más se supo de ella. La situación anterior es conocida por los protagonistas. Uno de ellos, Julio Tapia Falk, que fuera abogado jefe del servicio jurídico de la FACH y asesor permanente de Mando Aéreo, ratificó los hechos. Tapia Falk fue Rector de la Universidad de Chile y Embajador de Chile en las Naciones Unidas.
MÁS PODER PARA LOS SINDICATOS
Abril es el preludio de los asuntos laborales y sindicales que siempre adquieren la significación de una festividad para los trabajadores chilenos. Este sólo hecho nos lleva a exponer nuestras ideas sobre el trabajo y las organizaciones gremiales y sindicales.
Nuestro sindicalismo es opuesto al sindicalismo de clases y al sindicalismo de partido. Es un sindicalismo de autogestión y social sindicalista. Para nosotros el nacionalismo del trabajo que predicamos contiene los principios y valores forjados por el movimiento nacional sindicalista chileno creado en 1947 como revista política y doctrinaria.
El sindicato es garantía de defensa de los derechos de los trabajadores y principal ariete, para abrir espacios en la convivencia social y política que permitan mayores grados de justicia y bienestar.
Fe Resuelta y el Frente Laboral de Chile saludan a los trabajadores, con motivo del Día del Trabajo, en la esperanza de hacer posible alcanzar su realización personal y social, en la convivencia nacional, con sindicatos dotados de soberanía capaces de construir una patria más libre, justa y participativa.
Todavía es tiempo de hacer realidad el Estatuto Social de la Empresa y el Consejo Nacional del Trabajo, para integrar a los trabajadores a forjar nuestro destino de unidad y de grandeza.