FE RESUELTA 90 MARZO 2012
PENSAMIENTO NACIONALISTA
El pensamiento nacionalista ha adquirido mayor solidez por su concepción de la patria como pueblo, territorio, soberanía y cultura. Por su concepción de la nación como comunidad de destino y cultura. Por su espíritu patriótico para defender la integridad territorial. Por su convicción en la defensa de los valores del espíritu que son los valores de la vida y de la cultura, donde la tradición, la historia, la filosofía, la ética, la ciencia y el arte deben supeditar a los valores sensoriales, que han promovido siempre sectores agnósticos, escépticos y relativistas del bien y de la verdad, desde el liberalismo al socialismo.
La nación es la fuerza espiritual de una comunidad humana asentada en un territorio que contiene las ideas, hechos, actos y realizaciones que conforman, dan origen y estructuran una patria libre, un estado justo y un destino de grandeza en lo universal.
Hoy el nacionalismo proclama que el estado debe contribuir al cumplimiento de los fines de la nación, permitir la representación legítima de la soberanía y servir en todo momento y circunstancia los intereses superiores de la nación. El estado, afirman, es la institucionalización de la forma de convivencia de un pueblo, para establecer un sistema de autoridad, dentro de un orden, que reconozca las jerarquías y que resguarde los derechos personales y civiles del cuerpo social de la nación, que promueva el desarrollo y que realice la política exterior de la patria, para lograr su realización histórica.
El nacionalismo propende a descentralizar y desconcentrar el poder del estado teniendo en cuenta la integración de familias, municipios, provincias y regiones, a fin de vertebrar el poder nacional.
El nacionalismo ha aprendido que sin los valores de la cultura que hemos forjado como pueblo, ni sin las categorías del ser, de cuya esencia participamos como seres vivos, como naturaleza y como universo material, no será posible consolidar una doctrina, una moral, una proposición concreta de convivencia y una organización realizadora de nuestros ideales.
Una sana doctrina debe contener una teoría social, conformada por nuestra visión de los cuerpos sociales de la nación y una teoría del estado que considere una forma de gobierno y una forma económica que supere el partidismo liberal y la economía especulativa y financiera que tiene marginada de la vida económica a millones de personas, por la cesantía, los trabajos precarios y las bajas remuneraciones.
El estado debe ser custodio del derecho, guía político de la nación, promotor del desarrollo y realizador histórico del destino de la patria.
El equilibrio entre autoridad y libertad, que hasta ahora el nacionalismo había establecido como surgido de un régimen presidencial con autoridad en la ley, hoy lo fundamenta además en la participación social plena que implica generar un sistema que permita que los cuerpos sociales participen en las decisiones del sistema de autoridad en forma institucional en la estructura del estado.
El nuevo estado debe reconocer la soberanía social de los cuerpos sociales, porque estos cuerpos cumplen los fines de la nación, creando Gobiernos Regionales, Consejos Nacionales en los Ministerios del Gobierno que permitan la participación social plena, y restableciendo el Consejo Económico Social.
Debe generar un sistema económico que ponga el acento en los empresarios y trabajadores como productores y no en el sistema financiero especulativo que genera deudas para los que producen los bienes y servicios que demanda la convivencia y grandes riquezas para los especuladores, riquezas que el estado no ha sido capaz de distribuir con justicia.
La mejor distribución de la riqueza se logra con salarios justos, pleno empleo, propiedad del hogar, participación en la propiedad de la empresa en que se trabaje y con el acceso a más bienes y servicios.
El orden económico debe considerar el uso racional de los recursos naturales y su adecuada preservación, en vista a la satisfacción de las necesidades de las nuevas generaciones de chilenos. Debe establecer además la primacía del trabajo sobre el capital considerando justo, intrínsicamente verdadero y a su vez moralmente legítimo que se le dé esta prioridad reconociendo que trabajadores y empresarios son los productores de los bienes y servicios, estableciendo una adecuada utilidad a quienes arriesgan sus capitales en el proceso de producción.
La economía debe fundarse en la verdad, la libertad, la ética y la justicia para la consecución de la riqueza que necesita la patria para lograr sus objetivos. Sin embargo el libre acceso al mercado debe ser regulado, pues el mercado no puede desenvolverse en medio de un vacío institucional, jurídico y político. Ello hace necesario la regulación de su accionar en la búsqueda de precios y salarios justos, a través del estado y de los cuerpos sociales, por medio de la participación de estos organismos permanentes de la convivencia en las decisiones de la autoridad y de los empresarios, para lograr mejores condiciones de trabajo, perfeccionamiento permanente y estabilidad laboral.
Lo mismo debe ocurrir en los servicios que corresponde realizar al estado en el cumplimiento de los preceptos constitucionales, donde la acción fiscalizadora de los organismos del propio estado, contraloría, parlamento, tribunales y servicios, y la acción de superintendencias específicas deben garantizar la oportunidad, eficacia y rectitud en el cumplimiento de los fines de la nación en el ámbito de la educación, la salud, la previsión, la vivienda, la energía, las materias primas, el agua y los alimentos. Todo esto con el fin de preservar la vida y mejorar en forma permanente su calidad.
Por otra parte el bien común exige que las autoridades tengan muy presente el hecho que los ingresos económicos del sector agrícola se realizan con mayor lentitud y mayores riesgos, y, por tanto, es más difícil obtener los recursos financieros necesarios para el logro de sus fines productivos. Los agricultores no pueden pagar intereses elevados, por lo que deben establecerse políticas crediticias para la agricultura generando instituciones de créditos que aseguren a estos sectores los capitales necesarios, a un tipo de interés asequible, para quienes producen los alimentos que la patria demanda y que no deben estar supeditados, por razones de seguridad y sobrevivencia, a los intereses de otros países, ni menos a potencias extranjeras.
No está demás señalar, entre las proposiciones nacionalistas, la creación de políticas de fomento y desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, que son las corporaciones económicas que proporcionan trabajo efectivo, así como el incentivo a emprendedores artesanales que contribuyen a la conservación de nuestras tradiciones, amplían el sector productivo, dan base de apoyo al turismo, posibilitan la movilidad social y contribuyen al desarrollo nacional.
El orden económico, como afirmaba el abogado y profesor universitario Álvaro Quijano Fernández, debe cumplir tres principios: la participación de todos en el proceso productivo, el destino universal de los bienes y la participación de todos en los beneficios del desarrollo, poniendo término a la exclusión de vastos sectores sociales del sistema económico que han promovido liberales y socialistas.
CONTINUIDAD HISTÓRICA DE NUESTRO NACIONALISMO
En una reciente exposición política realizada en Santiago dirigentes del Movimiento Nacional Sindicalista definieron al nacional sindicalismo chileno como una unión social republicana de contenido doctrinal social sindicalista de carácter corporativo hispánico antiliberal y por tanto opuesto al socialismo marxista que es el sucesor consecuente del liberalismo político y económico. Esta unión social republicana tiene expresión en los movimientos sociales de demanda que hemos conocido en el Chile reciente. No es ajeno al pensamiento nacionalsindicalista generar un movimiento nacional en que anide el espíritu de la patria, que sea capaz de representar todo lo que hay de más esencial en la voluntad de vida y de realización de la nación entera. Esta representación social y política si contiene la voluntad y mística necesaria puede constituir una realidad tangible y palpable para conquistar el estado y sustituir, con la voluntad del pueblo, las instituciones a fin de legitimar la representación de la soberanía y hacer posible la realización de las aspiraciones de los chilenos.
Nuestro nacionalismo es el continuador histórico de lo que ha sido el accionar nacionalista del pensamiento político de Diego Portales, las Ligas Patrióticas, la Unión Nacionalista de Encina, la Unión Social Republicana de José Santos, Delfín Alcaide, Carlos Dávila y Guillermo Viviani, el Partido Corporativo Popular de Oscar Álvarez, el Partido Social Sindicalista de Clotario Blest, la Alianza Popular Libertadora de Tobías Barros, el Movimiento Nacionalista de Chile de Guillermo Izquierdo, el Movimiento de Unidad Nacionalista de Carlos Sánchez, el Movimiento de Acción Nacional de Jorge Prat y Mario Arnello, la Legión Nacionalista de Chile de Hugo Carreño y Jorge Medina. En estos dos últimos movimientos fue parte componente el Movimiento Nacional Sindicalista de Ramón Callís y Misael Galleguillos. El Movimiento Nacional Sindicalista inició sus actividades en 1947 con la publicación de la Revista Bandera Negra y fue fundado el año 1949. Tiene plena vigencia como movimiento escuela.
Principal generador de grupos nacionalistas fue el Movimiento Nacional Socialista de Jorge Gonzáles y Carlos Keller. En los años setenta tuvieron activa militancia patriótica y social, además del movimiento nacional sindicalista, el Frente Nacionalista Patria y Libertad de Pablo Rodríguez y Roberto Thieme, la Acción Nacionalista Revolucionaria de Pedro Medina y Guido Poli y el Frente Revolucionario Nacionalista.
Durante el Régimen Militar tuvieron activa participación sectores ibañistas, nacionalistas, corporativistas, tradicionalistas y nacionalsindicalistas.
En Internet se manifiestan movimientos y personas seguidoras del nacionalismo, con especial participación de nacionalsindicalistas, como es el caso, entre otros, de la página Movimiento Nacional Sindicalista Chile, Fe Resuelta y Poder Nacional de facebook.
viernes, 2 de marzo de 2012
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