Nº 54 marzo 2009 fe.resuelta@gmail.com Patria- Estado – Destino
Director: Hugo Carreño Aránguiz http://feresueltachile.blogspot.com/ Fundada en Octubre del 2004
CREACIÒN Y CONSOLIDACIÒN NACIONALISTA
La creación de ideas es un acto consciente y emocional que forja un concepto, dotado de formas, que define y proyecta al entorno y circunstancia principios y valores que nutren un esquema ordenado de pensamiento. Este concepto contribuye al perfeccionamiento de teorías que requieren de investigación, objetivos y métodos que constituyen una matriz disciplinar.
En el caso de las teorías sociales ésta matriz disciplinar se nutre de elementos testimoniales formado por documentos históricos: libros, publicaciones, papeles originales, actas de reuniones, conversaciones privadas, cartas, preservación en el tiempo de obras y realizaciones que denotan cosmovisiones de la vida y el universo que se incorporan a la tradición que sirven para comprender y contribuir al cambio de teoría a un nivel de mayor profundidad.
Es lo que ocurre con el nacionalismo patriótico y social que promueve el nacional sindicalismo. Por eso nos preocupa el centenario del nacionalismo y su existencia que va más allá del siglo XX , como es el caso de las Ligas Patrióticas, surgidas después de la Guerra del Pacífico , que constituyen una forma política y social que se puso al servicio de la chilenidad para alcanzar mayores niveles de perfección en el ámbito de la soberanía, la paz social, el orden público y el patriotismo como elemento movilizador de las personas capaz de generar la unidad, la justicia, la voluntad y la vinculación necesaria para ser parte y participar en el diseño y la construcción permanente de Chile.
En ello está contenido el accionar de estas ligas que surgieron en el norte y se fueron proyectando al sur tanto en ámbito propiamente civil como en el militar para conformar la Liga Patriótica del Ejército y la Liga Patriótica de la Armada formadas ambas por miembros de las FF AA en retiro.
Estas formaciones son la base de las organizaciones nacionalistas de los primeros cincuenta años del siglo XX, enriquecidas por propuestas doctrinales donde se proclaman ideas con un cierto afán de comprensión de nuevos desafíos donde se entremezclan juicios de valor pre – juicios metafísicos y anhelos religiosos.
Aquí entramos al análisis de planteamientos y propuestas de las formaciones nacionalistas para saber que aporte hicieron a la escuela nacionalista, para seguir estudiando pensamientos que den completitud a los ideales que contienen nuestras propias concepciones desde 1950 a la fecha.
Una de esas temáticas es la teoría social del nacionalismo que entendemos basadas en los cuerpos sociales. Este asunto reviste significación pues en los últimos treinta años se ha reformulado con distintos matices.
Por eso tiene importancia indagar sobre esta teoría donde se destacan Osvaldo Lira y Misael Galleguillos que han publicado obras sobre esta materia: Nostalgia de Vásquez de Mella y La Forja de un Destino. Estos textos, agregando a Michel Crezeut ( Cuerpos Sociales Intermedios) y Mijael Manoylesco, ( El siglo del Corporatismo), han enriquecido esta propuesta que hoy se conoce como doctrina social del nacionalismo con la denominación genérica de cuerpos sociales de la nación.
Aquí hay autorías que se deben reconocer y no plagiar. Es un mínimo de responsabilidad que se debe expresar.
Este planteamiento ha surgido del Movimiento Nacional Sindicalista que nace a mediados del siglo XX. Ha servido para dar contenido a esta doctrina donde la familia, la escuela y el sindicato son sus componentes principales, que incluso hoy es destacado por analistas y escritores.
Para nosotros son importantes las propuestas en la medida que sean analizadas por investigaciones históricas.
Lo mismo ocurre en la teoría del estado y sus componentes políticos y económicos.
Nadie se puede apropiar de estas teorías planteándolas como propias. Es vivir de prestado, lo cual ocurre como consecuencia de infantilismos revolucionarios que a nada conducen.
Si vamos a adscribirnos a una escuela de pensamientos y valores, entonces debemos partir con la actitud de respeto y aprecio por quienes han forjado nuestro ideal.
Por eso queremos la unidad del nacionalismo, sin perjuicio de las formaciones que la constituyen.
Se debe ser consecuente para iniciar una opción de militancia o para contribuir a enriquecer los planteamientos ya explicitados en el tiempo histórico.
Los textos históricos analizados por especialistas dan razón de ser a las formaciones políticas. Por eso hemos replanteado todas las formas nacionalistas que hoy ya forman parte de los análisis y las tendencias.
Lo último que se ha analizado es la opción creada por el nacionalismo dentro del Partido Nacional, la acción de Patria y Libertad y el accionar del Movimiento Nacional Sindicalista. Todo planteado en el contexto del gobierno de Pinochet y la lucha en su interior entre el nacionalismo y el neoliberalismo por una parte, y por otra, entre el proyecto revolucionario socialista y la prédica revolucionaria del nacionalismo.
La continuidad del nacionalismo como proyecto de convivencia y estado debe proseguir desde su propio camino recorrido para avanzar hasta el logro de sus objetivos de servicio a Chile y a su pueblo.
REALIDAD Y FICCION
La consideración realista del Movimiento Nacional Sindicalista, describe, o aspira a describir, qué es el mundo en que se vive y el entorno material que lo rodea.
Esta visión de la teoría nacional sindicalista conlleva normalmente la idea de verdad. Da descripciones verdaderas de lo que realmente es el mundo.
Para nosotros no cuenta el instrumentalismo como visión de una teoría que contiene verdades, sino que conlleva una restringida idea de verdad que describe la realidad. Las descripciones del mundo han de ser interpretadas como ficciones útiles que facilitan cálculos y mediciones. Este instrumentalismo no describe la realidad sino que es una ficción. Es el caso de los partidos políticos y los cuerpos sociales. La teoría de la representación política partidista es instrumental, mientras la teoría de los cuerpos sociales es realista.
El pensamiento nacionalista es superior a los planteamientos de ficciones que contiene la postura liberal en cuanto al poder y la riqueza que se traducen en formas ajenas a la realidad que niegan la participación real y promueven el endeudamiento como instrumento de dominio de los dueños del dinero.
Esta dicotomía de apreciaciones crea un marco de opciones a los sectores patrióticos y nacionalistas que coinciden en considerar un error al socialismo marxista.
Es una opción entre la verdad y la ficción.
Esta diferencia está comprendida en nuestras formas de convivencia, desde la lucha por la Independencia, hasta nuestros días pasando por diversas propuestas de estado.
L a derecha oligárquica se ha refugiado en el nacionalismo cuando se pone en riesgo su poder socioeconómico, pero cuando los riesgos se superan vuelven a su esquema primitivo.
El nacionalismo con contenido universal en sus propuestas exige una calidad superior para formar sus cuadros y seguidores, para luego proyectarse a la convivencia con rigurosidad con el fin de alcanzar el apoyo de los sectores patrióticos con sentido social, que constituye la mayoría de la nación.
Los sectores tradicionalistas de sentido liberal deben saber que su entendimiento con sectores socialistas totalitarios, que si bien garantizan los factores de dominio y poder que sirven a sus intereses, también avanzan en la destrucción de la nacionalidad de nuestro pueblo y del patrimonio cultural de la nación.
HACER POLÍTICA
La trayectoria política y doctrinaria del Movimiento Nacional sindicalista conlleva la idea de hacer política para avanzar en la conquista del poder político. Es algo que conciben los nacionalistas más perseverantes, pues saben que el mero activismo contiene un planteamiento de búsqueda de apoyo individual y colectivo que se desmoviliza cuando no hay espacios de participación política.
El nacionalismo hizo política en los gobiernos de los presidentes Ibáñez, Alessandri y Pinochet, en cuanto en esos gobiernos hubo espacios para hacer política.
En esa experiencia se enriquecieron los planteamientos y propuestas para formar, fortalecer y desplazar sectores de menor contenido doctrinario.
La lucha fue más abierta en el gobierno del Presidente Pinochet, pues el nacionalismo tubo espacio en el propio gobierno que permitieron una acción más sólida, sobretodo porque el fracaso del estado democrático liberal llevó al triunfo electoral de la izquierda marxista, por lo que la acción política de los oficiales superiores con mando político se proyectó a la creación de un nuevo estado, propósito que se vio limitado por los sectores neoliberales al interior del gobierno.
El Movimiento Nacional Sindicalista jugó un rol fundamental en el planteamiento político del nacionalismo que derivó a actos públicos que comprendieron la movilización de fuerzas sociales que aspiraban a mayor justicia y participación.
Su madurez cívica contribuyó a la difusión de su presencia política que despertó reacciones de liberales y marxistas para lograr su desplazamiento de los puntos de influencia que ocupaban.
El nacionalismo y los oficiales con mando político fueron calificados de estatistas y corporativistas por la derecha neoliberal, mientras la izquierda insistió en su viejo esquema de fascista con “presunciones” de participación en actos que comprendían atentar contra los derechos de las personas, por lo que derivaron al calificativo de asesinos.
Así mientras nos acusaban de comunistas a los personeros nacionalistas del aparataje del gobierno (derecha), otros nos catalogaban de fascistas y asesinos (izquierda).
Sin embargo la actitud de los sectores nacionalistas fue correcta porque se proyectó como fuerza con capacidad política.
Los analistas de izquierda tienden a considerar a Patria y Libertad y al Nacional Sindicalismo como una sola unidad política para mantener sus críticas que surgieron durante el gobierno del Presidente Allende.
Hasta ahora no han podido vincularlo al racismo y a la xenofobia. Parecen desistir de esta opción porque no es aceptada por la opinión pública que sabe más de lo que se considera.
La convergencia del nacionalismo parece lo más indicado. Es una posición que ganará día a día más adeptos pues no existe referente político para representar a quienes estuvieron unidos por un ideal.