domingo, 25 de agosto de 2013

FE RESUELTA Nº107, AGOSTO 2013

FE RESUELTA 107 AGOSTO 2013 MOVIMIENTO NACIONAL SINDICALISTA CHILE DIRECTOR: HUGO CARREÑO ARÁNGUIZ fe.resuelta@gmail.com CONTRADICCIONES DE NUESTRO TIEMPO: Cultura y Barbarie En nuestro tiempo vivimos una situación que nos lleva a afirmar una contradicción que tiene, sin embargo, una vital importancia en nuestra apreciación sobre los hechos que protagonizamos. En efecto, siempre nos ha parecido aceptable la afirmación spengleriana de que al final la sabiduría y los valores de la cultura de un pueblo son rescatados por un grupo de soldados. Lo que nos llama la atención es el accionar de grupos de naturaleza intelectual que son críticos de nuestros valores espirituales y de nuestros conocimientos válidos que terminan abriendo espacios a la barbarie. Es el caso de quienes promueven la relativización de la verdad y de los valores como un paso previo para imponer su agnosticismo, su escepticismo, su ateísmo, su moral formal antivalórica, sus verdades parciales y su evolucionismo. Ellos promueven, en forma permanente, los llamados antivalores y las verdades restringidas y estadísticas que se escudan en la ausencia de ética y moralidad, en un cientificismo constructivista sin esencias, en el aborto que impide la generación de la vida y que puede derivar a la eugenesia, en la eutanasia, la libertad sexual y la igualdad de géneros en el ámbito de los derechos resaltando la vida en parejas. La irrupción violenta en la Catedral de Santiago, el pasado 25 de julio mientras se celebraba la liturgia de Santiago Apóstol por las jerarquías episcopales presidida por Monseñor Ricardo Ezatti, por los manifestantes pro abortistas que procedieron a romper todo lo que tenían a su alcance, rayando paredes y altares con consignas anarquistas que fueron profanaciones y ofensas a los cristianos allí presentes, a la autoridad eclesiástica y a todos los católicos y cristianos de nuestra patria por el sacrilegio a los templos consagrados a Dios. Por si fuera poco intentaron provocar un incendio. He ahí una manifestación de la barbarie. Son los mismos que quieren terminar con la jerarquía valórica en los cuerpos sociales “democratizando” iglesias, cuerpos armados permanentes, universidades, familias y sindicatos que son los cuerpos sociales que más contribuyen al cumplimiento de los fines de la nación. En cuerpos sociales prima la representación legítima de la soberanía social y la participación institucional. Esa barbarie se hace manifiesta en las protestas sociales, donde actúan los sectores más evolucionados de la disidencia al neoliberalismo, desde el anarquismo hasta las fuerzas políticas revolucionarias de la extrema izquierda. También se hace palpable en los abusos y estafas a las personas y grupos, por parte del sistema especulativo financiero de la forma económica neoliberal que nos gobierna y de la democracia de partidos que la hace posible, para generar la dualidad liberal socialista que domina el poder político del estado. Es lo que termina por prevalecer en la convivencia y en la educación, que es la puerta de entrada de las nuevas generaciones a la vida de la patria. Nuestra cultura occidental iberoamericana contiene la verdad, el bien y la belleza en la forma de ser de las personas y en la forma de convivencia de pueblos, naciones y estados. En el creacionismo que profesamos las verdades son totales, con esencia en la fe, en la metafísica y en la ciencia; el bien se traduce en justicia y en valores; la belleza en arte y creatividad. Todo esto tiene su dimensión mas profunda en la vida como existencia. La vida es luz y energía que participa de la esencia de todo lo creado. La vida es parte de la realidad que ilumina el universo, para dar espacio a la realización plena de todos los seres que buscan su destino en lo universal. En el mundo de hoy podemos afirmar que los seres humanos se distinguen por la concepción del origen y destino de los seres vivos. Mientras unos depositan su fe en la creación otros se aferran al evolucionismo. De allí surgen las ideas y creencias que hoy conforman el ámbito de la cultura. Nuestra civilización y cultura la conforman lo mágico, lo religioso, lo filosófico, lo científico, lo tecnológico, el arte creativo y la moral valórica. No somos simples evolucionistas. Somos creacionistas que reconocen y respetan los conocimientos y valores de la cultura que nos son propios, que conforman nuestro ser histórico cultural y nuestra identidad. El creacionismo contiene la esperanza en la Vida Eterna y en la Doctrina del Ser. El evolucionismo contiene un horizonte constructivista sin Dios ni Ley que lo hace perverso. AUSENCIA DE VALORES En el logro de fines contrapuestos se produce un pragmatismo con ausencia de valores. Es el caso del neoliberalismo en el gobierno militar que al final se sumó a las críticas de los opositores y disidentes al gobierno del Presidente Augusto Pinochet. Los neoliberales al interior del gobierno estaban encabezados por Sergio de Castro Spíkula, Pablo Baraona Urzúa, Sergio Fernández Fernández, Vasco Costa Ramírez, Miguel Kast Rist y Hernán Cubillos Leiva. A ellos les importaba la forma económica del liberalismo, con los requerimientos de la especulación financiera en la economía de mercado y la creación de un espacio socioeconómico, para garantizar la supervivencia del pueblo como consumidor de sus productos y servicios. Les importa el dinero. Para ello establecieron la norma de compatibilizar la mantención de una forma política con la condición de respetar su modelo económico. Primero lo hicieron posible con regímenes autoritarios, como en el caso de los gobiernos de Franco y de Pinochet, y luego lo intentaron con los gobiernos socialistas, como en el caso de China y Rusia. En Chile lo lograron con los gobiernos de la Concertación que gobernó 20 años con la dualidad liberal socialista. Para los líderes de la Concertación el relato debió ser convincente para ser aceptado por sus militantes y seguidores. Su planteamiento arranca del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973: Si nuestra conquista del poder político del estado y el ejercicio del gobierno, para imponer nuestros planteamientos y propuestas, encuentran obstáculos en los dueños del poder económico, debemos ser realistas con el fin de impedir nuestro derrocamiento por fuerzas políticas y sociales que se sumen a los objetivos de los dueños del dinero, aunque estas fuerzas difieran de ellos, lo que se logra negociando y transando con el poder económico. Entre esas fuerzas destacan el Poder Gremial contra el gobierno del Presidente Salvador Allende y sectores políticos nacionalistas, formados esencialmente por la Unión Cívica Democrática de Jorge Prat, el Frente Nacionalista Patria y Libertad de Pablo Rodríguez y el Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista de Eugenio Cáceres. También es el caso de la oposición política de la Confederación Democrática de la Centro Derecha que conformaban el Partido Nacional, el Partido Demócrata Cristiano, la Democracia Radical y el Partido de Izquierda Radical. A estos sectores políticos debemos agregar al Movimiento Gremial generado desde la Pontificia Universidad Católica de Chile. Este amplio sector disidente y rebelde a la imposición de un régimen socialista, por parte de la Unidad Popular y de los grupos de izquierda revolucionaria MIR y MAPU, descolgados de la izquierda marxista y de la democracia cristiana, declaró quebrantada la institucionalidad de la República y derivó a la intervención militar, para rescatar la patria del intervencionismo comunista en Chile, principalmente de Cuba y de la Unión Soviética. Entonces la Democracia Cristiana abandonó su rechazo al anticomunismo. El cambio de gobierno llevó a la instauración de un régimen autoritario que declaró el receso y disolución de los partidos políticos, cerró el Congreso Nacional y otorgó la necesaria labor legislativa a la Junta de Gobierno que creó Comisiones Legislativas. Patria y Libertad se autodisolvió. Siguieron existiendo como movimientos doctrinarios de naturaleza social y política el Gremialismo y el Nacionalsindicalismo. La Unión Cívica Democrática, UCD, se debilitó por el fallecimiento de Prat a fines de diciembre de 1971. Su miembro más distinguido fue Gonzalo Vial Correa que el 4 de marzo de 1972 concurrió a una reunión de políticos y empresarios en Chiñihue, en representación de la UCD que acordaron “actuar con decisión y valentía para defender la libertad, la democracia y los derechos humanos que están seriamente amenazados por el Gobierno de la Unidad Popular”. El 28 de marzo de 1972 el gobierno anunció haber desbaratado un complot encabezado por el general Alberto Green Baquedano quien fue detenido, pero en abril de ese año recuperó su libertad “por falta de pruebas”. El Gremialismo y el Nacionalsindicalismo tienen un origen común en el corporativismo hispánico. El gremialismo de Jaime Guzmán estuvo más interesado en el gobierno del general Francisco Franco y en el constitucionalista Karl Schmitt, autor de la Doctrina Hobbesiana, que definió el poder constituyente del Gobierno Alemán de los años 30 del 1900. Schmitt influyó en Guzmán en la justificación del cambio de gobierno en 1973.El Nacionalsindicalismo, en cambio, en las propuestas de José Antonio Primo de Rivera y, principalmente, en Ramiro Ledesma Ramos forjador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, JUNS, en la experiencia republicana chilena, con énfasis en la República Autoritaria de Diego Portales, en la tradición jurídica romana, en el derecho español y en el sindicalismo chileno. El origen del Movimiento Nacionalsindicalista en Chile se encuentra en la Revista Estudios (1932-1957), en la Unión Social Republicana de los Asalariados de Chile, USRACH, en el Partido Corporativo Popular, en el Partido Social Sindicalista y en la Revista Bandera Negra (1947-1973). Sus inspiradores fueron Osvaldo Lira Pérez, Delfín Alcaide Wetson, Óscar Álvarez Andrews, Clotario Blest Riffo y Ramón Callís Arrigorriaga respectivamente. El Gremialismo Universitario proclamó que los partidos políticos eran ajenos a la universidad, por la naturaleza de las funciones que son propias de las corporaciones universitarias. Ese planteamiento provenía de la prédica del padre Lira que la había socializado en la obra Nostalgia de Vásquez de Mella que era compartida por la Comunidad Universitaria Nacional Sindicalista, CUNS, que contaba con seguidores en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso, al igual que el Gremialismo, que contaba con seguidores en la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, aunque diferidos en el tiempo. El primero fue en la década del 50 y el segundo en la década del 60. Osvaldo Lira pertenecía a la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María con colegios, templos, centros de estudio y seminarios en nuestra patria. Ambos concurrieron a apoyar y ser parte del gobierno militar. Los gremialistas llegaron al gobierno en 1973 y los nacionalsindicalistas en 1977, pero estos con anterioridad se habían dedicado al accionar universitario, gremial y cultural. Jaime Guzmán afirmaba en esos años que para él los derechos del hombre no son inalienables y pueden restringirse en etapas de emergencia o de excepción. Los derechos del hombre no son absolutos ni ilimitados. Agregaba con vehemencia que el gobierno militar debía encarar con firmeza la amenaza comunista a que llevaba el gobierno de Salvador Allende. En 1975 hubo un cambio político cuando Jaime Guzmán inició su derivación a sectores neoliberales al interior del gobierno de Pinochet. Los primeros se habían hecho fuertes en la Secretaría Nacional de la Juventud y los segundos en la Secretaría Nacional de los Gremios, lo que les daba consistencia social, por lo que tenían respaldo en el sistema de autoridad del Gobierno Institucional de las FF.AA. y de Orden. Ambos apoyaron la Declaración de Principios y el Objetivo Nacional de Chile del gobierno militar. Los neoliberales se habían preparado en España para diseñar un programa económico, pero necesitaban respaldo al interior del gobierno, para consolidar sus planteamientos, debido a la profundidad de los cambios que harían posible su modelo económico y financiero. Fijaron su atención en los gremialistas por las ambiciones de sus militantes que siempre quisieron ser una fuerza política. Para ello entregaron la misión de atraerlos a Miguel Kast Rist basados en el espíritu religioso católico de Schöenstatt del joven neoliberal que lo hacía compatible y aceptable para los seguidores de Guzmán que eran confesionalmente católicos. El Movimiento Schoenstatt fue fundado en Alemania en 1914 por el padre José Kentenich. Los gremialistas se planteaban como alternativa a los partidos políticos proclamando como forma de representación a las sociedades intermedias, también conocidas como cuerpos sociales intermedios. Los nacionalistas de la SNG los denominaron cuerpos sociales de la nación, que para ellos son libres, autónomos y jerarquizados, con la capacidad de hacer posible la participación social plena en la institucionalidad del estado. Guzmán rompió con el sacerdote Osvaldo Lira, su formador filosófico y político, y proclamó a los partidos políticos como únicos instrumentos para la representación de la soberanía de la nación. Ello fue rechazado por los tradicionalistas chilenos, sectores nacionalistas y corporativistas, civiles y militares, y por el Movimiento Nacionalsindicalista. Fue entonces que el gremialismo inició su accionar político contra los nacionalistas y corporativistas al interior del gobierno que no compartían el neoliberalismo económico y político. Se iniciaban tensiones políticas por la confrontación de intereses para ocupar los cargos dotados de autoridad en los ámbitos políticos, económicos, sociales y culturales. Estaba además el interés en aumentar la influencia en las decisiones del sistema de autoridad. El gremialismo adoptó un pragmatismo para lograr peso político con el respaldo de los neoliberales y su poder económico. Incluso se puso en contra de la autoridad y jerarquía de la Iglesia Católica, asunto que no ocurrió con el Nacionalsindicalismo que siempre ha respetado a las jerarquías de los cuerpos sociales. Contribuyeron al aislamiento del Presidente de la República de los mandos de las FF.AA. y de Orden que pretendían los neoliberales. Se mantuvo al general Augusto Pinochet como Comandante en Jefe del Ejército y se dio autoridad política plena a la Jefatura del Estado. Entonces surgió la idea de restauración de la democracia de partidos y el acercamiento a las fuerzas políticas opositoras, dejando al margen a los disidentes del Partido Comunista y de la extrema izquierda revolucionaria. La rivalidad se hizo permanente y el conflicto incluyó a militares y civiles que ellos calificaban de corporativistas. Ya combatían lo que ellos apoyaban en sus inicios cuando se acercaron a Roberto Viaux Marambio, al Movimiento Fiducia y al Movimiento Cívico Patria y Libertad. Incluso buscaron el apoyo del Movimiento Nacionalsindicalista para recuperar la sede central de la Pontificia Universidad Católica de Chile tomada por sectores de izquierda en tiempos de la reforma universitaria en 1967. Se produjo, a partir de 1975, la ausencia de los valores que los caracterizaba, donde la lealtad dejó de regir. Varios seguidores del gremialismo entraron a ejercer funciones de gobierno que los llevaron gradualmente a los municipios, ministerios y después al Parlamento. También accedieron al poder social de los empresarios y a los medios de comunicación social. Esto los transformó en un partido político poderoso con gran poder en las Alcaldías y en el Congreso Nacional. El costo ha sido el asesinato de su líder Jaime Guzmán y una crisis de naturaleza espiritual que los ha llevado a replantear el gremialismo universitario. La renuncia de Pablo Longueira a la candidatura presidencial de la Alianza va más allá que la depresión que lo afecta. Es el choque entre la realidad que se vive y la visión que la Unión Demócrata Independiente tiene de ella. Su pragmatismo los aleja de su doctrinarismo inicial y esto genera angustias al ver que defienden el modelo político y económico neoliberal que saben que no está al servicio de los trabajadores, de los profesionales, de los pequeños y medianos productores y de los emprendedores. Saben que para lograr un Chile Justo no basta con el SERNAC. Saben que la Iglesia condena los excesos del neoliberalismo. No asumen que ellos traspasaron el ejercicio del poder político desde el poder militar al poder económico neoliberal. Los Nacionalsindicalistas pretendían proyectarlo al poder social. Primero quisieron ser una nueva derecha, una derecha moderna. Hoy se identifican con un “centro social” caracterizado por el emprendimiento como cultura, para resolver sus problemas, que es contrario a la cultura de la servidumbre que predica la izquierda que todo lo espera del estado. Les pesa su actitud en contra de los oficiales generales de las FF.AA. con mando político en el gobierno autoritario que hoy están procesados y condenados con ficciones jurídicas que no constituyen verdades objetivas, y que ellos, sin embargo, buscan el apoyo de la familia militar a sus candidatos. Saben que han negado espacios políticos a sectores afines, como a los evolucionistas políticos de Felipe Kast y a los seguidores y parientes del Presidente Pinochet que se proyectan a la política. Saben que sus militantes con representación política, salvo excepciones, se han “apropiado” de sus cargos institucionales cerrando los espacios a las nuevas generaciones. La pregunta es: ¿Volverán a sus raíces fundacionales o seguirán con el neoliberalismo? Hoy resulta que han surgido fuerzas liberales como el progresismo liberal del PRO, los seguidores del ex Ministro Andrés Velasco, el Movimiento Evopolítico de Kast y Cruz Coke y el Partido Liberal que proviene de Chile Primero. Se demanda de ellos el retorno a sus definiciones iniciales para que vuelvan al origen. Ojala, que significa “quiera Dios” en la cultura árabe, resurjan los principios y valores de la hispanidad y de los gremios sociales. Pablo Longueira, el católico del San Ignacio, quiere volver a su vida familiar y profesional. Desde 1998 ha planteado a la UDI su retiro de la vida política, pero no ha sido escuchado. Otros gremialistas ya lo han hecho. Entre ellos Luis Cordero dedicado al catolicismo y a la universidad. Fueron parte del gobierno militar. Después fueron parte de la restauración de la democracia liberal. Ahora sólo participan en la democracia de partidos. No entienden que la convivencia política está subordinada al poder económico neoliberal. El sistema funciona mejor con fuerzas políticas opuestas al neoliberalismo económico porque entonces los dueños del dinero ejercen su poder de negociación y dominio. En la Centro Derecha no existen planteamientos políticos propios ni proyectos de futuro como los tenía el Partido Nacional. No tienen espacio en el ejercicio del gobierno. Les falta un relato que convoque a los chilenos a participar en una misión histórica que genere un paradigma para alcanzar la realización de las aspiraciones más profundas del pueblo y mejore sus expectativas. Lo tuvieron cuando gobernaba la Unidad Popular y la Izquierda Revolucionaria presionaba, con el apoyo personal del Presidente Allende, para imponer el estatismo socialista. Entonces tenía sentido luchar por la libertad, la dignidad, la justicia y la participación social de los gremios y corporaciones sociales permanentes. No se sumaron a la creación de un Poder Nacional para asegurar nuestra independencia y soberanía y un futuro de grandeza para la patria chilena. No basta con mantener las estructuras institucionales generadas desde el neoliberalismo económico. Es muy diferente ser parte que participar. Ser parte es más que participar. Pasar del gremialismo a la Unión Democrática está siendo similar al paso de la Falange a la Democracia Cristiana. El imperativo político que hoy afecta al gremialismo es pasar de la derecha al centro. Este imperativo ya lo vivió la Falange. Sin embargo después en el tiempo como Democracia Cristiana quiere pasar del centro a la izquierda. Esto ocurre por privilegiar al estado por sobre la nación. La forma de estado que rige en Chile es la democracia liberal. Lo verdaderamente importante es ser parte de la nación a través de los cuerpos sociales. La forma política democrática liberal se puede modificar perfeccionando la República. Por eso el Nacionalsindicalismo proclama la creación de una Nueva República que se fundamente en la libertad, la dignidad, la justicia y la participación, contribuya al cumplimiento de los fines de la nación, defienda la integridad territorial, permita la representación legítima de la soberanía, garantice el ejercicio de los derechos de las personas que incluyen el derecho a nacer, crecer, educarse, trabajar y realizarse, resguarde la propiedad de los recursos naturales y su explotación sustentable, genere una forma económica que considere la integración de todos al proceso productivo, la participación de todos en los beneficios del desarrollo, el destino universal de los bienes y el acceso a la propiedad de los bienes y del territorio como base de la estabilidad y seguridad personal, familiar y social. La República debe estar siempre al servicio de los supremos intereses de la patria. UNA DIFERENCIA FUNDAMENTAL Las candidaturas presidenciales de Michelle Bachelet por la Nueva Mayoría formada por la Concertación y el Partido Comunista y la de Evelyn Mathei de la Alianza formada por Renovación y la Unión Democrática Independiente se diferencian en un tema principal. Si bien ambas pertenecen a la familia militar por ser hijas de generales de la Aviación tienen una diferencia fundamental: El general Alberto Bachelet fue parte del gobierno de la Unidad Popular que aplicó una política de colectivización de los medios de producción confiscando empresas, lo cual es connatural al socialismo marxista. Además aplicó una política de colectivización del consumo que es propia del comunismo y es lo que diferencia justamente al socialismo del comunismo. Esto lo hizo a través de las Juntas de Abastecimientos y Precios, JAP, de la cual fue jefe el general Bachelet. Estas JAP repartían tarjetas de consumo cuya prioridad estaba establecida para los organismos de base de la Unidad Popular, dejando al resto de los ciudadanos sin acceso a la alimentación. Es lo que se ha llamado dominio social por el hambre. También se llama sometimiento por el hambre. Esto dio origen a las colas de los tiempos de Allende y su “gobierno popular”. Los alimentos escaseaban y las tensiones crecieron hasta hacer tambalear al gobierno producto de las protestas sociales, sindicales y gremiales. Estas JAP dieron paso al mercado negro, pues era común observar que los administradores de los centros de acopio de productos procedían a venderlos, lo mismo que los productos de las empresas confiscadas. En cambio el general Fernando Mathei fue miembro de la Junta de Gobierno en 1978, por ser designado Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea en remplazo del general Gustavo Leagh Guzmán que fue destituido después de la Consulta Nacional de ese año. Antes había sido Ministro de Salud. Michelle Bachelet ha sido una persona vinculada a la izquierda y da plenas garantías a los partidos de la Concertación y al Partido Comunista en cuanto a su participación en el gobierno. Debemos recordar que los cuatro Presidentes de la República de la Concertación mantuvieron marginados al Partido Comunista y a la extrema izquierda del poder político. Por su parte el general Mathei se transformó en garante de la aceptación del resultado del Plebiscito Presidencial de 1988. Michelle Bachelet, militante del Partido Socialista, fue Subsecretaria de Deportes y ejerció esas funciones como Licenciada en Filosofía (¿ ). Después fue Ministra de Salud como Médico Pediatra. En el año 2006 fue elegida Presidente de la República y sus obras más destacadas son el Transantiago, otorgar pensiones de escaso monto a sectores vulnerables y su polémica actitud en torno al terremoto con tsunami del 27 de febrero del 2010. Evelyn Mathei de profesión Ingeniero Economista ha sido Diputada por dos períodos y Senadora de la República también por dos períodos en representación de la IV Región. Ejerció desde el 2011 como Ministra del Trabajo y Previsión Social. Evelyn Mathei ha militado en Renovación Nacional y actualmente en la Unión Demócrata Independiente. Es interesante anotar que estas líderes políticas se han formado en la familia militar y no en los círculos partidistas de la clase política. El 19 de agosto vence el plazo para inscribir candidaturas al Parlamento y a la Presidencia de la República.

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